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El Profeta, que la misericordia y las bendiciones de Dios sean con él, dijo: “Le pedí a Dios tres cosas, Él me dio dos y aún no me ha dado una. Le pedí a Dios que salvara a mi nación de ser destruida por desastres naturales y Él me lo concedió. Le pedí a Dios que protegiera a mi nación de ser derrotada a manos de un enemigo extranjero y Él me lo concedió. Le pedí a Dios que salvara a mi nación de ser destruida desde su interior, y aún no me lo ha concedido”. (Ibn Juzaimah)





Introducción





“El dominio sobre la palma y el pino”, así es como fue descrito el Imperio Británico por los historiadores. Para finales del siglo XVII, había colonizado muchas partes del mundo, incluyendo regiones extensas del mundo musulmán.





La colonización no solo se ocupó de explotar recursos naturales, sino también de adoctrinar a los pueblos conquistados para que defendieran la ideología y la fe británicas. Los misioneros trabajaron fervientemente en diferentes áreas del Imperio Británico para difundir el mensaje del cristianismo. Se levantaron escuelas y se emplearon diferentes tácticas para alcanzar sus objetivos.





Cuando los musulmanes comenzaron a darse cuenta del peligro que enfrentaban, se unieron, se movilizaron y lanzaron asaltos “libertadores” para liberar sus tierras de los poderes del Imperio despiadado. El combate mano a mano y las confrontaciones no eran nuevos para el Imperio, pero a medida que los ataques musulmanes crecieron en hostilidad y mortalidad, adoptaron una táctica distinta, “divide y domina”. En lugar de combatir a los musulmanes cara a cara, incitaron a individuos entre los musulmanes a formar sus propios grupos y a dividirse de la corriente principal del Islam sunita. La guerra ideológica fue lanzada contra los musulmanes, como hiciera Luis IX, el denominado “Teniente de Dios en la Tierra”, que falló miserablemente en sus Cruzadas.





Uno de los grupos que se formaron durante ese tiempo fue el grupo Qadiyani, conocido también como Ahmadis, que apareció en el año 1889.





Pasos de fábula hacia la fama





Por supuesto, nadie puede simplemente levantarse y autoproclamarse “Profeta” de Dios. Mirza Ghulam Ahmed entendió esto y emprendió su misión paso a paso. Inicialmente afirmó ser un reavivador del Islam. Dijo: “Somos musulmanes. Creemos en el Único Dios sin asociado y en el Testimonio de Fe. Creemos en el Libro de Dios, el Corán, en Su Mensajero Muhammad. Creemos en los ángeles, la resurrección, el Infierno y el Paraíso. Observamos las oraciones prescritas y el ayuno. Nos orientamos hacia la Qibla para orar, nos prohibimos lo que está prohibido por Dios y Su Profeta, y nos permitimos lo que está permitido. No añadimos nada a la Ley Islámica ni quitamos nada de ella. La Ley Islámica está más allá del cambio”.





Con declaraciones como esta y con sus grandes habilidades como orador, fue capaz de ganar un terreno considerable con muchos musulmanes. En el año 1891 declaró ser el ‘Mesías Prometido’ y el Mahdi. Finalmente en 1901, se aventuró a anunciar que era un Profeta de Dios.





Los 31 sabores del qadianismo…





Para ganarse el favor de la gente, Mirza incorporó a su fe elementos de todas las religiones que estaban presentes en su área. Así, su doctrina incorporó elementos hindúes, sufís, islámicos y occidentales.





Mirza Ghulam Ahmed afirmó tantas cosas, que es difícil organizarlas cronológicamente.





a.     Declaró ser Dios y el Creador de los cielos y de la Tierra. Escribió: “He visto en mis sueños que YO SOY ALLAH/Dios, y lo creo, no dudo que soy Aquel Quien creó los Cielos”. [Aaina-e-Kamaalaat]





b.    Declaró ser nueve profetas. Dijo: “Soy Adán. Soy Noé. Soy Abraham. Soy Ismael. Soy Moisés. Soy Jesús y soy Muhammad”. [Roohaani Khazaaim]





c.     Declaró ser la madre del Profeta Jesús y luego afirmó ser el propio Profeta Jesús. Dijo que el “primer Dios” lo convirtió en María. Después de dos años, Dios lo hizo embarazar por diez meses, tras los cuales Dios lo convirtió en Jesús. [Roohaani Khazaain]





d.    Declaró que fue Muhammad, el Mensajero de Dios. “Muhammad es el Mensajero de Dios. [Los creyentes] que están con él son severos con los que se niegan a creer, pero misericordiosos entre ellos” (Corán 48:29). Él afirmó que en esta revelación divina, él mismo fue llamado Muhammad y también el Mensajero. [Roohaani Khazaain, vol. 18, página 207]





e.     Declaró ser el Mahdi y el Mesías prometido, aunque no cumplió con ninguna de las condiciones dadas por el Profeta Muhammad respecto al Mahdi y al Mesías prometido.





f.     En una conferencia dada en Sialkot en 1904, declaró que Dios le había informado que Krishna, quien había aparecido entre los Aryas miles de años antes, fue de hecho un Profeta de Dios sobre quien descendió el Espíritu Santo de Dios, pero que luego sus enseñanzas fueron tergiversadas y se le comenzó a adorar. Aquí declaró que él fue el avatar al que los hindúes estaban aguardando en los últimos tiempos, y que él había aparecido a semejanza de Krishna investido con las mismas cualidades[1].





Cisma





La secta Ahmadiyah se dividió en dos grupos distintos. Esto ocurrió después de la muerte de Hakim Nur-ud-Din, el primer sucesor de Mirza Ghulam Ahmed. El primer grupo es conocido como “Comunidad Musulmana Ahmadiya” y el segundo, el menor, es conocido como “Movimiento Ahmadiya de Lahore para la Propagación del Islam”.





Las diferencias entre ambos pueden resumirse en dos puntos. El primero es su creencia respecto a la profecía de Mirza Ghulam Ahmed. El grupo Ahmadiya de Lahore considera a Mirza Ghulam Ahmad un profeta en sentido metafórico; mientras que la Comunidad Musulmana Ahmadiyah sostiene que Mirza Ghulam Ahmad fue un profeta con todas las características necesarias que debe tener un profeta.





La segunda diferencia es cómo ven a los musulmanes sunitas. El grupo Ahmadiya de Lahore cree que toda persona que profese el Testimonio de Fe es musulmán y que no puede ser llamado no musulmán[2].





La Comunidad Musulmana Ahmadiya cree que cualquier musulmán que no acepte las afirmaciones de Mirza Ghulam Ahmad no es un musulmán, aun si esa persona jamás ha escuchado el nombre de Mirza Ghulam Ahmad en su vida





Mirza Ghulam Ahmed afirmó ser un verdadero “musulmán” en algunos de sus escritos y discursos, pero al mismo tiempo, muchas de sus declaraciones blasfemas pueden hallarse “esparcidas” en sus libros. Dijo, degradando abiertamente al Islam: “Creemos que una religión que no tiene la continuidad de la Profecía (como el Islam) es una religión muerta. Llamamos muertas a las religiones de los judíos, los cristianos y los hindúes solo porque no hay profetas ahora en ellas. Si esta también fuera la posición en el Islam, ¡no seríamos más que narradores de cuentos! ¿Por qué seríamos superiores a otras religiones?” (Malfoozat-e-Mirza, Vol. 10, página 127)





También dijo: “¡Cuán absurdo y falso es creer que después del Sagrado Profeta (Muhammad) la puerta de la revelación divina ha sido cerrada para siempre y que no hay esperanza de ella en el futuro hasta el Día de la Resurrección! ¿Puede una religión que no tiene rastro directo de Dios Todopoderoso llamarse una religión? ¡Díganme, por Dios Todopoderoso, que soy el único harto de tales religiones! Yo digo que una religión así es ‘satánica’, no divina. Creo que tal religión lleva hacia el Infierno y lo mantiene a uno ciego durante su vida”. (Zamima Braheen-e-Qadianism, Part V, Roohani Khazain, Vol. 21, página 354)





A partir de estas citas queda claro que Mirza Ghulam Ahmed despreció la religión del Islam y la llamó una religión “muerta” debido a que la “cadena” de profecía había terminado. Y muy convenientemente, ¡él fue elegido para ser un profeta de Dios, para “completar” el Islam y mantenerlo vivo!





Como musulmanes, creemos que el mensaje del Islam fue completado antes de la muerte del Profeta Muhammad. Dios dice: “Hoy les he perfeccionado su forma de adoración, he completado Mi gracia sobre ustedes y he dispuesto que el Islam sea su religión”. (Corán 5:3)





Creemos que ningún profeta vendrá después del Profeta Muhammad. Él es el Profeta final de Dios para la humanidad. Dios dice: “Muhammad no es el padre de ninguno de sus hombres, sino que es el Mensajero de Dios y el sello de los Profetas”. (Corán 33:40)





El Profeta predijo que cierta cantidad de fraudes aparecerían, cada uno proclamando ser un profeta. Dijo: “De hecho, habrá en mi nación treinta mentirosos, cada uno afirmando ser un profeta. Yo soy el último de los Profetas, ningún profeta vendrá después de mí”. (Tirmidi)





El profeta dijo: “La tribu de Israel fue guiada por Profetas. Cuando un Profeta moría, otro Profeta lo sucedía. Pero ningún Profeta vendrá después de mí, solo califas me sucederán”. (Sahih Al Bujari)





El Profeta predijo que cada cien años Dios enviaría a una persona que reviviría la religión del Islam. Dijo: “Dios enviará un reavivador cada cien años para vivificar la religión del Islam”.(Abu Dawud)





Estos reavivadores no tienen “conexiones divinas”, tienen los rasgos de un verdadero musulmán creyente. Trabajarán enérgicamente para regresar a la gente a los textos del Corán y a la vía profética.





Corán





Mirza Ghulam Ahmed dijo: “El Corán es el Libro de Dios y palabras de mi boca”. (Anuncio fechado el 15 de marzo de 1897, Roohani Khazain, vol. 22, p. 87)





Después de esta declaración blasfema, Mirza Ghulam Ahmed comenzó a interpretar el Corán como quiso y como sentía necesario. Cada vez que un versículo del Corán parecía oponerse a su declaración, simplemente reinterpretaba su significado para adaptarlo a sus caprichos. Antes de declararse profeta, Mirza Ghulam Ahmed se adhería estrictamente al entendimiento apropiado de las pruebas textuales, incluso veía el versículo del Corán que declara que el Profeta Muhammad fue el último de los Profetas exactamente como eso, evidencia clara de que el Profeta Muhammad fue el último Profeta para la humanidad. Después de proclamar su profecía, reconsideró este texto y lo reinterpretó diciendo que el Profeta Muhammad no había sido el último Profeta para la humanidad, sino que su profecía significaba un “sello de aprobación”, es decir, que él fue la belleza de los Profetas y Mensajeros y el mejor de ellos, ¡pero no el último!





Mirza declaró que algunos de los versículos del Corán le fueron revelados a él para realzar su grandeza. Afirmó que los siguientes versículos estaban entre los que le fueron revelados nuevamente a él.





a.      “Di: Si verdaderamente aman a Dios, ¡síganme!” (Corán 3:31)





b.      “No te he enviado sino como misericordia para todos los seres”. (Corán 21:107)





c.      “Él es Quien envió a Su Mensajero con la guía y la religión verdadera”. (Corán 9:33)





De este modo, sus seguidores se convirtieron en “compañeros”, su familia se convirtió en “Ahlul Bait” (es decir, miembros de la familia respetada) y su esposa se convirtió en “Madre de los Creyentes”.





Para protegerse a sí mismo, dijo: “Sí, en apoyo (de nuestras declaraciones) presentamos también aquellas tradiciones proféticas que están de acuerdo con el Corán y no contradicen mi ‘revelación divina’. En cuanto a las demás tradiciones proféticas, las dejamos de lado como papel usado”. (Roohani Khazain, vol. 19 p. 140)





Los musulmanes creen que el Corán son las palabras de Dios, que fueron reveladas al Profeta Muhammad a través del ángel Gabriel, que la misericordia y las bendiciones de Dios sean con él. Dios dice: “Yo he revelado el Corán y Yo soy su custodio”. (Corán 15:9)





Interpretar el Corán no es algo que se le deje a una sola persona; hay niveles de interpretación del Corán, de los cuales el mayor es interpretar el Corán con el propio Corán. El segundo nivel es interpretar el Corán con las narraciones proféticas auténticas. El tercer nivel es interpretar el Corán con las declaraciones de los compañeros. El cuarto nivel, que es el más débil, es interpretar el Corán a través del idioma (como una traducción de los significados del Corán). ¡Uno no puede interpretar ningún versículo según le parezca!





Profeta Muhammad





Los seguidores de Mirza afirman que él fue superior al Profeta Muhammad. Declaran: “El desarrollo mental del Mesías Prometido (es decir, el Mirza Qadianí) fue más elevado que el del Sagrado Profeta Muhammad. Y esto solo es parte de la superioridad que tuvo el Mesías Prometido sobre el Sagrado Profeta. Las facultades mentales del Sagrado Profeta no pudieron manifestarse completamente debido a la deficiencia de la civilización, aun cuando existía la habilidad. Ahora se manifiestan por completo a través del Mesías Prometido por virtud del avance de la civilización”. (Evaluación de Religiones, mayo de 1929, Qadiani Mazhab, p.266, 9a Ed. Lahore)





Mirza también degradó al Profeta Muhammad al declarar que parte de su revelación era falsa y que había malinterpretado partes de la revelación dada a él por Dios. (Roohani Khazain vol. 3 pp. 166-167)





Incluso ridiculizó a Dios y al Profeta diciendo: “¡Y Dios eligió un lugar tan despreciable para enterrar al Sagrado Profeta, en extremo hediondo, oscuro y estrecho!” (Roohani Khazain, vol. 17 p. 205)





Como musulmanes, amamos y respetamos al Profeta Muhammad. No le atribuimos cualidades divinas. Dios dice: “Diles [oh, Muhammad]: “Yo no soy más que un hombre a quien se le ha revelado que solo deben adorar a Dios, su única divinidad”. (Corán 18:110)





Las declaraciones de Mirza no necesitan respuesta, pero vale la pena mencionar cómo murió. Mirza murió de forma vergonzosa, en un baño público en Lahore atacado por el cólera[1].





Yihad





Uno de los fundamentos que se nos enseña en el Islam es la autodefensa. Cuando alguien nos daña, no ponemos simplemente “la otra mejilla”. Nos defendemos. Defenderte y protegerte de un invasor extranjero es algo que ningún ser humano puede refutar. Uno simplemente no puede cancelar la Yihad por alguna noción enfermiza de que se está recibiendo una “orden directa de Dios”.





Mirza Ghulam Ahmed fue en realidad el agente británico ideal. Dijo abiertamente: “Por el bien del gobierno británico, he publicado y distribuido 50.000 folletos en este país (es decir, la India) y en otros países islámicos, cuyo resultado ha sido que cientos de miles de personas han abandonado sus ideas ‘obscenas’ sobre la Yihad”. (Roohani Khazain, vol. 15 p.114)





También dijo: “Desde mi infancia hasta ahora que tengo 65 años de edad, he estado comprometido, con mi pluma y mi lengua, en una labor importante de volver los corazones de los musulmanes hacia el amor verdadero, la buena voluntad y la simpatía hacia el gobierno británico, y desterrar la idea de la Yihad de los corazones de los musulmanes estúpidos”. (Kitab-ul-Bariyah, Roohani Khazain, vol. 13 p. 350)





Mirza supuesta y convenientemente, “recibió” revelación divina de Dios, de que la Yihad era abrogada y que ya no era parte del Islam. Dijo: “Desde hoy, la Yihad humana que se hace por la espada queda abrogada por orden de Dios. De ahora en adelante, quien levante una espada sobre un Kafir (no musulmán) y se llame a sí mismo un Ghazi (combatiente por la causa de Dios), está desobedeciendo al Mensajero (es decir, Muhammad). Después de mi llegada, no hay Yihad con la espada. Hemos levantado la bandera de la paz y la simpatía”.(Colección de Anuncios Públicos, p. 295, vol. 3)





Falacias de un autodenominado “profeta”





Todo mensajero y profeta enviado por Dios fue ayudado con una cierta cantidad de milagros. Sabiendo esto, Mirza tuvo que conformarse con las “profecías” que, según decía, se materializarían durante su vida; esto lo hizo como un intento de consolidar su autoproclamación como profeta. Ahora, la parte difícil de hacer una profecía, cuando es parte de un fraude, es que tienes que convencer a la gente. Mirza escribió: “Dios me ha revelado que vendrán lluvias frecuentes. Debido a su frecuencia, serán destruidas villas enteras. Después de eso, seguirán fuertes terremotos”.





Algunos de sus seguidores estaban atónitos, ¡su líder había hablado! De hecho, esto no califica como “profecía”. Él no dijo dónde ni cuándo caerían estas lluvias torrenciales… por supuesto, de manera lógica, esto podría ocurrir en cualquier lugar del planeta.





Con profecías como esta, no era capaz de atraer “a bordo” a los seguidores que buscaba. De modo que tuvo que “mejorar” las profecías que supuestamente había recibido de Dios, y el 20 de febrero de 1886, declaró que Dios mismo le había revelado que él se casaría con mujeres benditas y tendría numerosos hijos con estas nuevas esposas. En la época de esta profecía, tenía 46 años de edad y no se había casado con nadie a pesar de sus intentos desesperados por casarse con Muhammadi Begum.   





Muhammadi Begum era la hija de Ahmad Beg, quien fue uno de sus seguidores. Mirza Ghulam Ahmed le pidió a su padre que la casara con él, a lo que él se negó. Desesperado, Mirza proclamó que se casaría con ella porque ese era el decreto de Dios. Ofreció sobornos y grandes cantidades de dinero a Ahmad Beg, pero eso no funcionó. Luego le suplicó que casara a su hija con él, pero cuando esto fracasó, comenzaron las amenazas en su contra. Ahmad Beg no cedió y casó a su hija con un soldado corriente. Entonces, Mirza proclamó que el esposo de Muhammadi moriría pronto y que ella se casaría con él. Fijó un período de tres años para que esto se materializara… 22 años después, Ghulam Ahmad murió, pero el soldado vivió aún otros 40 años y ella vivió incluso más tiempo.





Un ejemplo de otra profecía fallida fue con el cristiano Abdullah Atham. Se llevó a cabo un debate entre este individuo y Mirza en el año 1893. Ninguno tuvo éxito en este debate, pero Mirza estaba muy ofendido. El 5 de junio de 1883, anunció que había sido informado por Dios que Abdullah Atham moriría en 15 meses, es decir, el 5 de septiembre de 1894. El momento llegó y pasó, y Abdullah Atham vivió por mucho más tiempo.





El Dr. Abdul Hakim, un musulmán sunni, entró en una discusión con Mirza Ghulam Ahmad y luego lo retó a un debate abierto, en el que lo llamó mentiroso. Mirza no tomó esto muy bien, así que profetizó que Abdul Hakim moriría durante su vida. El 4 de mayo de 1907, el Dr. Abdul Hakim respondió con su propia predicción de que Ghulam Ahmad moriría antes que él. Ghulam Ahmad murió en menos de un año, el 26 de mayo de 1908, a la edad de 68 años, y el Dr. Abdul Hakim vivó muchos años después que él.





Después de dos desilusiones y probando él mismo que era un falso profeta, anunció una vez más que Dios le había dado noticias: “Te doy la buena noticia de un niño dócil”. Anunció que la fecha del nacimiento del niño sería el 16 de septiembre de 1907, cosa que nunca se cumplió. En octubre de 1907 pronunció otra revelación proveniente de Dios: “Te otorgaré pronto un hijo recto”, y anunció que su nombre sería Yahya. Este hijo nunca llegó, probando sin duda alguna que él nunca fue un profeta.





Posición de los musulmanes hacia los qadiyanis





Los qadiyanis, también conocidos como ahmadis o mirzais, han sido declarados no musulmanes por miles de eruditos musulmanes. La siguiente declaración fue publicada por el Concilio Islámico de Fiqh:





La afirmación de que Mirza Ghulam Ahmed fue un profeta y que recibió revelación, hace que él y cualquiera que esté de acuerdo con él sean apóstatas, lo que los deja fuera del Islam. En cuanto a los lahoris, (Movimiento Ahmadiya de Lahore para la Propagación del Islam) ellos son como los qadiyanis convencionales. La misma regla de apostasía se aplica para ellos, a pesar de su reclamo de que Mirza fue una “sombra y manifestación del Profeta Muhammad”[1].





Esto también fue mencionado en la Conferencia de la Liga Islámica Mundial, realizada en La Meca, Arabia Saudita, del 14 al 18 de Rabi Al Awal de 1394 H. (abril de 1974), donde los miembros llegaron unánimemente a la conclusión de que los ahmadi/qadiyanis no son musulmanes[2].  





Conclusión





Al final, podemos concluir sin lugar a dudas, que Mirza fue un mentiroso que solo buscaba fama. A veces, parece que no estuviera cuerdo. Dijo en un poema que escribió: “¡Soy una lombriz de tierra! No soy un ser humano, soy la parte obscena del hombre y el lugar vergonzoso de los humanos”. (Braheen-e-Qadianism V, Roohani Khazain, vol. 21, p. 127)





Dios dice: “No hay nadie más injusto que quien inventa mentiras acerca de Dios o dice: ‘He recibido una revelación’, cuando en realidad no se le ha revelado nada, o dice: ‘Revelaré algo similar a lo que Dios ha revelado’, Si pudieras ver [lo terrible que será] cuando los injustos estén en la agonía de su muerte y los ángeles extiendan las manos [para atormentarlos, y les digan]: ‘Entreguen sus almas. Hoy se les retribuirá con un castigo denigrante por haber inventado mentiras acerca de Dios y por despreciar con arrogancia Su mensaje’”. (Corán 6:93)



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