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Uno podría ser perdonado por suponer que cualquier grupo que se autodefina con la palabra “Islam” ha de ser musulmán. Pero cuando proviene de un grupo que se llama “La Nación del Islam”, uno ciertamente debe ser cauteloso. Ser musulmán significa sostener ciertas creencias fundamentales acerca de Dios. La profesión de fe del musulmán dice:





“Atestiguo que no hay más divinidad que Dios, y que Muhammad es el Profeta de Dios”.





Para detallar un poco más estas afirmaciones, ser musulmán significa creer en la unidad absoluta de Dios, que no tiene compañeros, asociados, hijos, y que jamás llegó a encarnarse. Como el capítulo 112 del Corán lo aclara:





“Di [¡oh, Muhammad!]: Él es Dios, la única divinidad. Dios es el Absoluto [de Quien todos necesitan, y Él no necesita de nadie]. No engendró ni fue engendrado. No hay nada ni nadie que se asemeje a Él”.





En el Islam, atribuirle a Dios socios o copartícipes de Su divinidad es uno de los más grandes pecados. El Corán afirma esto explícitamente, como en el verso 36 del capítulo 4:





“Adorad a Dios y no Le asociéis nada”.





En segundo lugar, los musulmanes creen que Muhammad es el sello de la Profecía, o el último de los Profetas. Reconocer a cualquier ser humano como profeta luego de la venida de Muhammad es negar el Islam, como lo afirma el Sagrado Corán:





“Muhammad no es el padre de ninguno de vuestros hombres, sino el Mensajero de Dios y el sello de los Profetas; y Dios es Omnisciente”. (Corán 33:40)





Esto está reforzado por varios reportes provenientes del Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él), quien dijo:





“El Pueblo de Israel fue guiado por Profetas. Cuando un Profeta se iba, otro lo sucedía. Pero ningún Profeta vendrá después de mí; sólo habrá Califas que vendrán después de mí”. (Compilación de Sahih Al Bujari)





“En mi comunidad nacerán treinta grandes mentirosos, cada uno de los cuales declarará ser un Profeta, pero yo soy el último de los Profetas; no habrá otro Profeta después de mí”. (Compilación de Abu Dawud y At-Tirmidhi)





La teología errante de la “Nación del Islam”





La “Nación del Islam” no se adhiere a estos pilares fundamentales de la teología islámica. Ellos creen que Dios apareció sobre la Tierra en la persona de su fundador, un “gran hombre del Este”, Maestro W. Fard Muhammad, un predicador que llamó la atención pública en los Estados Unidos el 4 de julio de 1930, y luego misteriosamente “desapareció de la escena” el 26 de febrero de 1934. Como el sitio web de “Nación del Islam” dice sin ambigüedades:





“Creemos que Allah (Dios) se apareció en la persona del Maestro W. Fard Muhammad, en julio de 1930; el tan esperado Mesías de los cristianos y el Mahdi de los musulmanes”.





En 1934, luego de la inexplicada desaparición del “Maestro”, la organización que él fundó fue encabezada por Elijah Poole, quien se hizo conocido como el Honorable Elijah Muhammad. Hasta hace muy poco, la “Nación del Islam” le otorgó el estatus de “profeta” de Elijah Muhammad.





Por lo tanto, se hace evidente que a pesar de su nombre y de que se llaman a sí mismos “Nación del Islam”, sus creencias acerca de Dios y de la profecía son claramente incompatibles con el Islam.





Louis Farrakhan, actual líder de la “Nación del Islam”, finalmente fue autorizado para ingresar a Inglaterra después de que una corte ordenara levantar la expulsión dictada por el gobierno hace 15 años.





El “Honorable” Elijah Muhammad, el profeta de “Nación del Islam”.





El “Maestro” W. Fard Muhammad, en cuya persona Dios habría aparecido cerca de los años 1930 en Estados Unidos, según las creencias del grupo “Nación del Islam”.





La ideología racista es incompatible con la universalidad del Islam





Una tercer área de incompatibilidad con el Islam auténtico, y la que más atrae la atención de los medios de comunicación, es el tema de la raza. El actual líder de “Nación del Islam”, Louis Farrakhan, ha sido registrado haciendo objetables declaraciones antijudías (sin distinguir sionismo de judaísmo). Entre esas declaraciones inoportunas, están las que se refieren al judaísmo como “una religión de baja calaña”.





Más aún, la “Nación del Islam” es una organización segregacionista exclusivamente para personas negras descendientes de esclavos. Pero el verdadero Islam es una religión universal, abierta a todos los pueblos y razas de la humanidad. En todo caso, se supone que los musulmanes se diferencian de los otros pueblos a través de la piedad y la rectitud, no por sus orígenes étnicos. El Corán deja esto bien claro:





“La humanidad era una sola nación”. (Corán 2: 213)





“¡Oh, humanos! Os hemos creado a partir de un hombre [Adán] y una mujer [Eva], y [de su descendencia] os congregamos en pueblos y tribus para que os conozcáis unos a otros. En verdad, el más honrado de vosotros ante Allah es el más piadoso”. (Corán 49:13)





Y en el sermón de despedida, el Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dejó en claro que el racismo no tiene lugar alguno en la religión del Islam:





“¡Oh, gente! Verdaderamente, vuestro Señor es uno, y vuestro padre (Adán) es uno. Todos ustedes provienen de un solo ancestro, Adán, y Adán fue creado de arcilla. No hay superioridad del árabe sobre el no árabe, ni del blanco sobre el negro, excepto en la piedad. Verdaderamente, los más nobles entre ustedes son los más piadosos”.





En contraste, el grupo “Nación del Islam” sostiene prejuicios sobre el hombre blanco. Se refieren a los negros como el pueblo elegido de Dios, y a los caucásicos como “los demonios blancos”. Ellos proponen la creación de una tierra natal separada para los negros estadounidenses, educación racialmente separada y se oponen a los matrimonios interraciales. Para citarlos nuevamente desde su sitio web:





“Creemos que somos el pueblo elegido por Dios, y que este es el momento en la historia para la separación de los negros y los blancos. Queremos que nuestra gente en Estados Unidos, cuyos padres y abuelos son descendientes de esclavos, se les permita establecer un Estado separado o territorio propio, ya sea en este continente o fuera de él.





Queremos que todos los niños negros sean educados, enseñados y entrenados por profesores propios. El matrimonio interracial y la mezcla de razas debería ser prohibida”.





hermanos musulmanes, cuyos ojos eran del más profundo de los azules, cuyo pelo era el más rubio, y cuya piel era la más blanca…”





Entre los miembros anteriores de la “Nación del Islam” que reconocieron el racismo en contra de los blancos como una tontería y se convirtieron verdaderamente al Islam tenemos a Malcolm X y al campeón mundial de pesos pesados, Muhammad ‘Ali. Ambos se expresaron acerca del asunto:





“[La peregrinación a La Meca] es una experiencia inspiradora. Ver a la gente de diferentes colores, razas y nacionalidades; reyes, líderes de Estado, gente común, proveniente de los países más pobres, todos vestidos de la misma forma, con dos simples piezas de tela blanca, rezando a Dios sin ningún sentido de orgullo ni inferioridad. Fue una manifestación viva del concepto de igualdad en el Islam”. (Cassius Clay, más conocido como Muhammad ‘Alí).





“Durante los últimos once años en el mundo islámico, he comido del mismo plato, bebido del mismo vaso, dormido en la misma cama, mientras rezábamos al mismo Dios con nuestros hermanos musulmanes, cuyos ojos eran del más profundo de los azules, cuyo pelo era el más rubio, y cuya piel era la más blanca. Y en las palabras y acciones de los musulmanes “blancos”, sentí la misma sinceridad que siento entre los negros africanos de Nigeria, Sudán o Ghana”.





“Verdaderamente somos todos iguales, porque su creencia en un solo Dios ha removido lo ‘blanco’ de sus mentes, de su comportamiento y actitud”.





“Esta religión reconoce a todos los hombres como hermanos. Acepta a todos los seres humanos como iguales ante Dios, y como miembros en la gran familia de la humanidad. Yo rechazo totalmente la filosofía racista de Elijah Muhammad, que él ha etiquetado como ‘Islam’ sólo para engañar y extraviar a la gente desprevenida, como él solía engañarme y extraviarme. Pero yo me culpo sólo a mí mismo y a nadie más por lo tonto que fui, y por el daño que mi estupidez evangelizadora le ha hecho a otros en nombre de él”. (Malcolm X).





¿Hacia dónde va la “Nación del Islam”?





La filosofía de vida adoptada por la Nación del Islam puede ser muy loable, sin embargo, no podemos negar el hecho de que, a pesar de poseer algunos elementos del Islam, la teología e ideología de la organización no son para nada islámicas, sino su antítesis. Pero existen algunas señales de que eso puede cambiar para mejor.





A la muerte de Elijah Muhammad en 1976, su hijo Wallace D. Muhammad (conocido como el Imam Warrit Ud-Dín Mohammad) asumió el liderazgo de la Nación del Islam, rebautizada como Muslim American Society (Sociedad Musulmana Americana) e intentó conducirla hacia la ortodoxia islámica. Después de tres años un enfadado Louis Farrakhan rompió con ellos y refundó la “Nación del Islam” en línea con las enseñanzas de Elijah Muhammad. Pero en Febrero de este año, Farrakhan, recobrado de una seria batalla contra el cáncer que puede haberle dado una causa para reflexionar, compartió una plataforma con Wallace y dio un paso importante hacia el verdadero Islam al declarar:





“Dios envió al Profeta Muhammad con la revelación final para este mundo… no hay ningún profeta después de él, y ningún libro revelado después del Corán”.





Tengamos entonces la esperanza de que otras afirmaciones de una sensatez similar acerca de Dios y las razas humanas estén por llegar. Miremos hacia el futuro y esperemos el día en que Louis Farrakhan y su “Nación del Islam” sigan el ejemplo de su predecesor, Malcolm X, quien eventualmente transitó desde la “Nación del Islam” hasta que encontró el verdadero Islam, y afirmó:





“Yo declaro enfáticamente que no estoy más en el bolsillo de Elijah Muhammad, y no tengo intención de remplazarlo por el bolsillo de otro. Soy un musulmán en el sentido más ortodoxo del término; mi religión es el Islam, como fue creído y practicado por los musulmanes en la Ciudad Santa de La Meca”.





Alabado sea Dios.





 



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