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Cómo proteger nuestra oración en un mundo acelerado





Por Timea Aya Csányi





 





El culto a la ocupación: una visión psicológica de cómo el mundo acelerado daña nuestra oración y cómo podemos protegerla





Mantenerse ocupado es una fuente de orgullo hoy. La relajación se considera una recompensa solo después del trabajo duro.





Estamos «girando» las 24 horas del día, los 7 días de la semana, pero así como los electrodomésticos se estropean si siempre están encendidos, los humanos también pagan su precio.





Los musulmanes no son mejores. ¿Cuándo fue la última vez que sentiste jushu (enfoque profundo, humildad) en tu oración?





Un estilo de vida acelerado nos roba muchas virtudes islámicas


La gratitud





El Profeta dice:





    “Quien no es agradecido por las cosas pequeñas, no será agradecido por las cosas grandes”, (Sahih At-Targheeb por Al-Albani 976).





Los expertos descubrieron que si operamos a este ritmo frenético con demasiada frecuencia, nos volvemos cada vez más orientados a las tareas.





Esto significa que ya no obtenemos el mismo nivel de placer de las relaciones sociales y las experiencias más pequeñas.


Reflexiones profundas





Si bien numerosas aleyas del Corán nos llaman a «iqra» (leer, reflexionar y meditar), los investigadores señalan que este impulso por la velocidad está cambiando la forma en que la gente piensa.





La necesidad de ser eficiente e instantáneo conduce a una simplificación de la ingesta de información para que las personas se conviertan en escáneres de información en lugar de profundizar en una comprensión más grande.





El problema es que la vida moderna nos ha hecho creer que progreso es igual a rapidez, lo que es igual a éxito.





¡La gente de la ciudad camina más rápido, no para hacer ejercicio y disfrutar, sino para ahorrar tiempo para una mayor producción!





Sin embargo, los estudios sugieren que la vida en la ciudad se asocia con mayores tasas de depresión, ansiedad y psicosis, con un 39% más de trastornos del estado de ánimo y un 21% más de trastornos de ansiedad.





El modo de huida o lucha del sistema nervioso de las personas mantiene el cuerpo activado mediante la liberación de hormonas del estrés, una receta para la adicción y la depresión.


La lucha para concentrarse


Nuestra capacidad de atención es peor que la de un pez dorado





Imagínate sentado en un banco mirando a los pájaros jugando a la mancha.





¿Cuántos minutos crees que pasarán antes de que saltes y grites: “Estoy aburrido, hagamos algo”?





Un estudio de 2015 realizado por Microsoft Canadá descubrió que nuestro período de atención promedio (la cantidad de tiempo concentrado en una tarea sin distraerse) era de 12 segundos en 2008.





Cinco años después, fueron solo ocho segundos, un segundo menos que la capacidad de atención de un pez dorado.





Ni siquiera puedo imaginar dónde estamos hoy.


Sin enfocarnos nuestra fe peligra





Si tenemos un problema global con la concentración, nuestras oraciones también tienen problemas porque carecen de lo que los musulmanes llamamos jushu.





    El jushu es el alma de la oración.





Ibn Kazir dice al respecto: “El jushu sucede cuando una persona vacía su corazón por ella (la oración), y se enfoca en ella excluyendo todo lo demás…”





Si no nos enfocamos, el jushu no existirá en nuestras oraciones. Si rezamos sin jushu, no podemos conectarnos correctamente con Dios.





    A través de los lentes de la psicología, la oración es una forma de meditación que pone tu cerebro en el estado de ondas cerebrales alfa (jushu). Este estado mejora la concentración, inspira la creatividad e induce a un estado de relajación profunda.





¿Tiene la psicología algo que ofrecer a los musulmanes para mejorar tu jushu? Hice esta pregunta como practicante de PNL® y estudiante de psicología. Encontré muchos tesoros interesantes.


Mejorando el jushu – desde una Perspectiva Psicológica





Los clientes en terapia necesitan este estado mental (jushu) para conectarse con su mente inconsciente, donde se encuentran las soluciones.





Los terapeutas facilitan este proceso a través de técnicas sencillas. Me he inspirado en este enfoque.


El silencio





Sin la quietud y la sensación de comodidad, las puertas de la mente inconsciente y su perspicacia permanecen cerradas.





Por lo tanto, los terapeutas minimizan los impulsos externos que podrían desviar la atención de los clientes de sus percepciones.





Asimismo, debemos elegir un lugar tranquilo para orar.





Entonces, dile a tu familia que apague la televisión y pídele a tu esposo que sostenga al bebé hasta que termines de orar.





Corta todos los estímulos externos antes de comenzar a orar y crear silencio.


En cámara lenta





Durante la terapia, la postura corporal de los clientes muestra relajación.





A menudo fijan sus ojos en un punto determinado (normalmente en algún lugar del suelo) mientras profundizan en su interior. Su habla y sus gestos también se ralentizan.





Estos signos indican al terapeuta que el cliente ha entrado en la habitación de su mente inconsciente.





    Así que cuando ores, muévete lentamente. La oración no es una rutina de ejercicios de todos modos. Fija tus ojos en un punto de la alfombra. Tómate tu tiempo en cada posición.





Recita lentamente. Formula las palabras con cuidado y detente para respirar profundamente después de cada aleya.


El alma de la meditación: la respiración





Los terapeutas enseñan a los clientes que no pueden manipular los factores estresantes que los rodean, pero pueden desarrollar formas más saludables de responder a ellos.





Una forma es invocar la respuesta de relajación (esto calma el modo de lucha o huida del sistema nervioso), y la forma más fácil de evocar esta respuesta es respirando profundamente.





Los terapeutas utilizan muchos tipos de técnicas de respiración para relajar a sus clientes; respiración abdominal, respiración nasal alterna, relajación corporal progresiva.





La técnica de respiración simple 4-7-8 podría ser una que también desees adquirir, y tal vez una con la cual desees comenzar y terminar tus oraciones.





Inhala suavemente por la nariz durante 4 segundos. Ahora contén la respiración durante 7 segundos y luego exhala con fuerza por la boca durante 8 segundos, vaciando sus pulmones. Haz esto cuatro veces seguidas.


Reduce la velocidad, concéntrate, conéctate con Dios





Dios dijo:





    ¡Oh, seres humanos! Los he creado a partir de un hombre y de una mujer, y los congregué en pueblos y tribus para que se reconozcan los unos a los otros. (49:13)





Cuando un estilo de vida acelerado amenaza nuestra vida humana natural y nuestra fe, ¿no deberíamos hacer todo lo posible para proteger nuestra vida aquí y en el Más Allá? ¿No deberíamos esforzarnos por permanecer cerca de Dios y luchar contra la fitnah?





Si no disminuimos la velocidad, no es de extrañar que no podamos mejorar nuestras oraciones.





Si no mejoramos nuestras oraciones, no es de extrañar que nos sintamos desconectados de Dios.





 





Fuente: About Islam



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