Los portadores del mensaje
Allah escogió a los mejores de entre los hombres para entregar Su mensaje. La profecía no se gana ni se adquiere como si fuera educación superior. Allah escoge a quien Le place para este propósito.
Ellos fueron los mejores moral, mental y físicamente, protegidos por Allah de caer en pecados mayores. No erraron ni cometieron equivocaciones al transmitir el mensaje. Hubo muchos profetas y mensajeros enviados para toda la humanidad, para todas las naciones y razas, en todos los rincones del mundo. Algunos profetas fueron superiores a otros, algunos mensajeros sobresalieron en relación al resto. Los mejores de entre ellos fueron Noé, Abraham, Moisés, Jesús y Muhammad.
Algunas personas se fueron a los extremos en cuanto a los profetas: algunos fueron rechazados o los acusaron de ser brujos, locos y mentirosos; mientras que otros fueron convertidos en dioses por sus seguidores al atribuirles poderes propios de Allah o fueron vistos como hijos de Dios, tal como ocurrió con Jesús.
Lo cierto es que ellos fueron puramente humanos, sin atributos ni poderes divinos. Fueron siervos que adoraron a Allah. Comían, bebían, dormían y vivieron sus vidas como seres humanos normales. No tenían el poder de hacer que alguien aceptara su mensaje ni de que los pecados fueran perdonados. Su conocimiento del futuro se limitaba a lo que Allah les revelaba. No tenían participación alguna en dirigir los asuntos del universo.
Creer en las Escrituras es el tercer artículo de la fe islámica.
Primero, veamos por qué fueron reveladas.
(1) La Escritura revelada a un Profeta es un punto de referencia para aprender la religión y las obligaciones hacia Allah y hacia las demás personas. Allah guía a los seres humanos revelando Escrituras Divinas a través de las cuales comprenden el propósito de su creación.
(2) Al referirse a ellas, las disputas religiosas y las diferencias entre sus seguidores podrían resolverse.
(3) Las escrituras sirven para mantener la religión a salvo de la corrupción y del deterioro, por lo menos durante algún tiempo después de la muerte de un Profeta. Sin embargo, el Corán revelado a nuestro Profeta Muhammad se mantiene a salvo de la corrupción hasta el final de los tiempos. Allah, Glorificado sea, dice:
"Yo he revelado el Corán y Yo soy su custodio" (Corán 15:9).
(4) Para que el argumento concluyente de Allah, traído por los mensajeros para los seres humanos permanezca después de su muerte.
“A los Mensajeros los envié como anunciadores de albricias y como amonestadores, para que [la humanidad] no tuviera argumento alguno ante Dios [por haber rechazado el mensaje]. Dios es Poderoso, Sabio” (Corán 4:165).
Nadie puede alegar que los profetas y sus mensajes no existen mientras las Escrituras estén presentes.
Creer en las Escrituras implica:
(i) Creer que Allah realmente las reveló.
(ii) Creer en los nombres de ciertas Escrituras.
(iii) Creer que ellas contienen la verdad. En cuanto a las Escrituras previas al Corán, creemos que realmente fueron reveladas a los profetas, pero en la actualidad ya no existen esas Escrituras en su forma original ya que fueron tergiversadas.
(iv) Creer que el Corán es un testigo de ellas y las confirma. La verdad sigue siendo una y la misma, y en consecuencia el Corán confirma la verdad contenida en ellas. En cuanto a las leyes, el Corán ha abrogado las Escrituras anteriores.
Primero, un musulmán cree firmemente que las Escrituras Divinas fueron reveladas por Allah a Sus mensajeros para guiar a la humanidad. Los musulmanes creen que el Corán no es la única Palabra de Allah, sino que Allah también habló a los profetas anteriores al Profeta Muhammad (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él).
“…Y sabe que Dios habló con Moisés directamente” (Corán 4:164).
Allah describe a los verdaderos creyentes como los que:
“… creen en lo que te ha sido revelado [¡oh Muhammad!] y en lo que fue revelado [originalmente a los profetas anteriores]...” (Corán 2:4).
El mensaje más importante y central de todas las Escrituras ha sido adorar únicamente a Allah:
“No envié en el pasado a ningún Mensajero, excepto que recibiera la misma revelación que tú: 'Nada ni nadie merece ser adorado excepto Yo, ¡Adórenme solo a Mí!'” (Corán 21:25).
Segundo, creemos en las escrituras mencionadas en el Corán:
(i) El Corán en sí mismo, revelado al Profeta Muhammad.
(ii) La Torá (Taurah en árabe) revelada al Profeta Moisés (distinto del Antiguo Testamento que se lee hoy en día).
(iii) El Evangelio (Inyíl en árabe) revelado al Profeta Jesús (distinto del Nuevo Testamento que se lee en las iglesias hoy en día).
(iv) Los Salmos (Zabur en árabe) de David.
(v) Las Escrituras (Suhuf en árabe) de Moisés y Abraham.
Tenemos la creencia general de que hubo otras Escrituras reveladas por Allah cuyos nombres y detalles no conocemos. Por lo tanto, no podemos afirmar definitivamente que escrituras de otras religiones anteriores a Muhammad, aparte de las mencionadas, hayan sido reveladas por Allah.
Tercero, los musulmanes creen en todo lo que sea verdadero y no haya sido alterado o corrompido en las Escrituras anteriores. Este punto se explicará más adelante para que quede claro y no haya confusión alguna.
Cuarto, creer que Allah reveló el Corán como un testigo sobre las Escrituras anteriores y para confirmarlas, como dice Allah:
“[Y a ti, ¡oh Muhammad!] Te he revelado el Libro que contiene la verdad definitiva [el Corán], que corrobora los Libros revelados anteriormente y es juez de lo que es verdadero en ellos” (Corán 5:48).
Lo que significa que el Corán confirma lo que es verdadero en las Escrituras anteriores y rechaza cualquier alteración y cambios que sean obra de los humanos, y que las leyes presentadas por el Corán prevalecen y abrogan cualquier ley presentada por las religiones anteriores.
Las Escrituras originales y la Biblia
Debemos distinguir entre dos asuntos: la Torá, el Evangelio y los Salmos originales, y la Biblia actual. Creemos que las escrituras en su forma original fueron revelación de Allah; pero la Biblia actual no contiene la Escritura exacta original.
Ninguna Escritura existe hoy en el idioma original en que fue revelada, excepto el Corán. La Biblia no fue revelada en español. Los diferentes libros de la Biblia actual son traducciones de traducciones y existen distintas versiones. Estas traducciones múltiples fueron hechas por personas cuyo conocimiento u honestidad se desconocen. Como resultado, ¡algunas Biblias son más grandes que otras y tienen contradicciones e inconsistencias internas! No existen originales. Por otro lado, el Corán es la única Escritura que existe hoy en día en su idioma original y es coherente internamente, sin contradicción alguna. Actualmente es idéntico a como se reveló hace 1.400 años, transmitido a través de una sólida tradición de memorización y escritura. Pocos seres humanos han memorizado toda la Biblia, ni siquiera algún papa; mientras que el Corán completo ha sido memorizado por casi todos los eruditos islámicos y por cientos de miles de musulmanes comunes y corrientes, generación tras generación. ¡Eso sí que es preservación!
Las Escrituras previas consisten esencialmente de:
(i) Historias de la creación del hombre y de las naciones anteriores, profecías de lo que vendría como signos antes del Día del Juicio y sobre nuevos profetas, y otras noticias.
Las historias, profecías y noticias en la Biblia que se leen en las iglesias y sinagogas actuales, son parcialmente verdaderas y parcialmente falsas. Estos libros contienen algunos fragmentos traducidos de las escrituras originales reveladas por Allah, parábolas de algunos profetas mezcladas con explicaciones de eruditos, errores de los escribas e inserciones y eliminaciones totalmente maliciosas. El Corán, la escritura final y confiable, nos ayuda a separar los hechos de la ficción. Es el criterio para diferenciar la verdad de la falsedad en ellas. Por ejemplo, la Biblia aún contiene ciertos párrafos donde claramente se expone la Unicidad de Allah[1]. También, ciertas profecías en cuanto al Profeta Muhammad se encuentran igualmente en la Biblia[2]. Aun así, hay párrafos, incluso libros enteros reconocidos casi en su totalidad por ser falsificaciones y obra de los hombres[3].
(ii) Leyes y reglamentos, lo permitido y lo prohibido, como la Ley de Moisés.
Si asumiéramos que la ley, es decir "lo lícito y lo prohibido", contenida en los libros no sufrió corrupción, aun así el Corán abroga esos reglamentos, cancelando la antigua ley que era adecuada para su tiempo y que ya no es aplicable en la actualidad. Por ejemplo, muchas leyes antiguas relacionadas con la dieta, la oración ritual, el ayuno, la herencia, el matrimonio y el divorcio han sido abrogadas por la Ley islámica, mientras que otras siguen siendo iguales.
El Corán
El Corán difiere de las otras Escrituras en los siguientes aspectos:
(1) El Corán es milagroso e inimitable. Nada similar puede ser reproducido por los seres humanos.
(2) Después del Corán no hay más Escrituras que sean revelación de Allah. Así como el Profeta Muhammad es el último Profeta, el Corán es la última Escritura.
(3) Allah se ha encargado de proteger el Corán de cualquier alteración, de salvaguardarlo de la corrupción y de preservarlo de la distorsión. Las escrituras anteriores sufrieron alteraciones y distorsiones y no permanecen en su forma originalmente revelada.
(4) El Corán, por un lado, confirma las Escrituras anteriores y, por otra, es un fiel testigo sobre ellas.
(5) El Corán las abroga, lo que significa que cancela muchos reglamentos de las Escrituras anteriores y los hace inaplicables. Por lo tanto, la suma de las leyes de las Escrituras anteriores ya no es aplicable, ya que los reglamentos anteriores han sido abrogados o confirmados por lo que ha llegado con el Corán.
Creer en los ángeles es uno de los seis pilares de la creencia o Imán en el Islam. Lo que significa:
(i) Creer en la realidad de los ángeles,
(ii) los nombres asignados a los ángeles,
(iii) las tareas y habilidades de los ángeles en los cielos y en la Tierra.
Realidad de los ángeles
Los ángeles no son "fuerzas bondadosas de la naturaleza", hologramas de imágenes, ni ilusiones; tampoco son bebés querubines regordetes con una aureola sobre sus cabezas, como suele representarse en las ilustraciones cristianas. Ellos son reales, creados, pero generalmente están ocultos a nuestros sentidos. No tienen cualidades divinas y no son socios de Dios que manejan diferentes distritos del universo. Además, no son seres a los que haya que adorar o rezar, ya que no interceden por nosotros a petición nuestra ni entregan nuestras oraciones a Dios. Todos se someten a Dios y cumplen sus mandamientos. No hay ángeles caídos, no están divididos en ángeles "buenos" y ángeles "malos". Los seres humanos no se convierten en ángeles después de morir.
Los ángeles fueron creados a partir de luz antes que los seres humanos. Los ángeles son bellas criaturas con alas, tal y como son descritos en el Corán.
Los ángeles forman distintas jerarquías y órdenes en el sentido de que son de diferentes tamaños, estatus y méritos. Los mejores son los que estuvieron presentes en la batalla de Bader, quienes lucharon junto al Profeta contra los paganos de La Meca.
Son de gran tamaño, el más grande de ellos es Gabriel. De hecho, nuestro Profeta lo vio en su forma original: tenía seiscientas alas y cubría el horizonte; joyas, perlas y rubíes caían de sus alas, de una manera sobre la que solo Allah conoce. También, los asistentes del Trono de Dios están entre los ángeles de mayor importancia. Aman a los creyentes y buscan que Allah les perdone sus pecados. Ellos cargan el Trono de Allah, el Profeta dijo sobre uno de ellos:
“Se me ha dado permiso para hablar sobre uno de los ángeles de Allah que cargan el Trono. La distancia entre los lóbulos de sus orejas y sus hombros es equivalente a una distancia de setecientos años” (Abu Dawud).
No comen ni beben. Cuando Abraham colocó un ternero [asado] frente a los ángeles que lo visitaron para darle las buenas nuevas de un hijo, rechazaron comer:
“Y rápidamente se fue a preparar con su familia el mejor de sus terneros, y se los ofreció [asado]. Pero [al ver que no comían] les dijo: ‘¿Acaso no van a comer?’, y sintió temor de ellos. Pero le dijeron: ‘No temas’, y le albriciaron que tendría un hijo dotado de sabiduría” (Corán 51:26-28).
Los ángeles no se aburren ni se cansan de recordar ni de adorar a Allah:
“Lo glorifican noche y día, sin cesar” (Corán 21:20).
El número de ángeles
¿Cuántos ángeles hay? Solo Allah lo sabe. Al Bait Al Ma’mur es una casa sagrada en los cielos sobre la Kabah ―el recinto sagrado de color negro en forma de cubo en La Meca―. Cada día setenta mil ángeles la visitan y se van, sin retornar nunca más, y otro grupo llega tras ellos[1].
El Mensajero de Allah dijo:
“El Infierno se hará manifiesto ese día por medio de setenta mil cuerdas, cada una de las cuales será tirada por setenta mil ángeles” (Sahih Muslim).
Los nombres de los ángeles
Se nos manda creer en los nombres de los ángeles que han sido mencionados en el Corán y en la Sunnah. Estos incluyen:
Gabriel (Yibril en árabe), Miguel (Mikail), Israfil, Malik (el guardián de las puertas del Infierno), Munkar y Nakir, Harut y Maarut entre otros.
Los nombres Rafael y Azrael no están basados en textos islámicos. De los anteriores, solo Gabriel y Miguel están mencionados en la Biblia.
Habilidades angelicales
Los ángeles tienen grandes poderes que Allah les ha dado.
Tienen la habilidad de adoptar formas diferentes a la suya. En el momento de la concepción de Jesús, Allah envió al ángel Gabriel donde María en la forma de un hombre, como dice Allah en el Corán:
“… Entonces le envié a Mi ángel, quien se le presentó con forma humana” (Corán 19:17).
Los ángeles también se presentaron ante Abraham en forma humana, y él no sabía que eran ángeles hasta que ellos se lo dijeron. De manera similar, los ángeles visitaron a Lot para librarlo del peligro y se presentaron en forma de jóvenes con rostros hermosos. Gabriel solía visitar al Profeta Muhammad (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él) en distintas formas. A veces aparecía en la forma de uno de sus bellos discípulos, y otras veces en la forma de un beduino.
Los ángeles tienen la habilidad de adoptar formas humanas en ciertas circunstancias que involucran a personas comunes, tales como los que se presentaron ante el hombre que mató a cien personas, y aquellos que fueron donde el ciego, el calvo y el leproso.
La mayor velocidad conocida por el hombre es la velocidad de la luz, pero los ángeles son capaces de viajar mucho más rápido. Apenas había alguien finalizado de hacer una pregunta al Profeta, cuando Gabriel ya traía la respuesta de parte de Allah.
Gabriel es el Mensajero de Dios para la humanidad, él transmitió la revelación de Allah a Sus mensajeros. Allah dice:
"Dile [¡oh Muhammad!] a quien sea enemigo del ángel Gabriel, que él es quien descendió la revelación a tu corazón con la anuencia de Dios, confirmando los mensajes anteriores, como guía y buena nueva para los creyentes" (Corán 2:97).
Tareas de los ángeles
Algunos ángeles están a cargo de ejecutar la ley de Dios en el mundo físico. Miguel es responsable de la lluvia, dirigiéndola a donde Allah quiera, él tiene ayudantes que hacen lo que les diga, por orden de su Señor; ellos dirigen los vientos y las nubes como Allah quiera. Otro es responsable de soplar la Trompeta, Israfil, que será soplada al comienzo del Día del Juicio. Otros son responsables de sacar las almas de los cuerpos en el momento de la muerte: estos son el ángel de la muerte y sus ayudantes. Allah dice:
“Diles: ‘Tomará sus almas el ángel de la muerte, que fue encargado para ello, y luego comparecerán ante su Señor’” (Corán 32:11).
Luego están los ángeles guardianes personales, responsables de proteger al creyente a lo largo de su vida, cuando se queda en casa o cuando viaja, cuando está dormido o cuando está despierto. Estos son los ángeles sobre los cuales Allah dice:
“El [ser humano] tiene [ángeles] guardianes por delante y por detrás, que lo protegen por orden de Dios” (Corán 13:11).
Otros son responsables de registrar los actos de los seres humanos, los buenos y los malos. Estos son los “honorables escribas” (kiramán katibín).
Munkar y Nakir son responsables de interrogar a la gente en la tumba.
Entre ellos hay quienes cuidan del Paraíso y los diecinueve "guardias" del Infierno, cuyo líder es Malik.
También hay ángeles responsables de insuflar el alma en el feto y anotar sus provisiones, tiempo de vida, acciones y si será desdichado o feliz.
Algunos ángeles son errantes, viajan alrededor del mundo en busca de reuniones donde se recuerde a Dios. También hay ángeles que constituyen el ejército celestial de Dios, parados en filas, que nunca se cansan ni se sientan, y otros que se inclinan o se postran y nunca levantan sus cabezas, siempre en adoración a Allah.
Como hemos aprendido de todo lo mencionado, los ángeles son una creación grandiosa de Dios, que varían en cuanto a su número, roles y habilidades. Dios no tiene necesidad de estas criaturas, pero tener conocimiento y creer en ellas es un incremento del temor y admiración que uno siente hacia Dios, en el sentido de que es capaz de crear lo que Él desee, ya que la magnificencia de Su creación es una prueba de la magnificencia del Creador.
En pocas palabras, habrá un Día en que Dios resucitará y reunirá desde el primero hasta el último de Su creación y juzgará a todos de forma justa. La gente entrará a su morada final, el Infierno o el Paraíso.
Creer en los eventos de la tumba
Los musulmanes creen que, tras la muerte de una persona, la segunda fase de la vida, que es intermedia, comienza. Muchos eventos ocurrirán en este nuevo "mundo".
Uno de los primeros eventos es la "prueba" de la tumba, donde toda persona será cuestionada por los ángeles sobre su religión, su profeta y su Señor.
Segundo, un musulmán debe también creer en el castigo y la bendición de la tumba, debe creer en los detalles de los eventos que tendrán lugar en la tumba tal como son expuestos en el Corán y la Sunnah.
(B) Eventos en el Día del Juicio
Después de que el tiempo de esta Tierra termine, Allah solicitará al gran ángel llamado Israfil que sople la trompeta. Al primer soplo, todos los habitantes de los cielos y la Tierra caerán inconscientes, excepto aquellos que Dios haya excusado. La Tierra se aplanará y las montañas se convertirán en polvo.
Lloverá durante cuarenta días, la gente será resucitada en sus cuerpos originales desde sus tumbas, entrando así en la tercera y última etapa de sus vidas.
Israfil soplará la trompeta una segunda vez, al cabo de la cual la gente se levantará de sus tumbas con vida. Los incrédulos y los hipócritas serán tomados por sorpresa y los embargará el remordimiento, mientras que los creyentes encontrarán esto exactamente como les fue descrito.
Los ángeles llevarán a todos los seres humanos desnudos, sin circuncidar, y descalzos a la Gran Explanada de la Reunión, llamada Hashr. El primero en ser vestido ese día será Abraham. En la Gran Explanada de la Reunión, un sol creado de nuevo brillará cerca de sus cabezas, y sudarán de acuerdo a sus actos. Algunas personas estarán amparadas bajo la sombra del Magnífico Trono de Dios.
Cuando las condiciones se hagan insoportables, las personas le solicitarán a Dios que permita que los profetas y los mensajeros intercedan en representación de ellos para salvarlos de la desesperación. Todos los profetas van a excusarse, hasta que al Profeta Muhammad (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él) le será permitido interceder y entonces el Juicio comenzará.
Las balanzas
Las balanzas serán establecidas y los actos de los seres humanos serán pesados. Estas balanzas serán reales. Dios dará a los actos de sus criaturas una existencia material con un peso. Los buenos actos serán puestos sobre uno de los platos de la balanza y los malos actos serán colocados sobre el otro, como Allah ha informado en el Corán.
Los registros
La apertura del registro de los actos realizados en esta vida será lo siguiente. La persona que reciba su registro en su mano derecha tendrá un juicio fácil, regresará feliz con su familia. Sin embargo, la persona que reciba su registro en su mano izquierda deseará haber estado muerta, ya que será arrojada al Fuego, estará llena de arrepentimientos, hasta el punto de desear que no le hubiesen entregado su registro o no haber sabido de él.
Entonces Allah juzgará a Su creación. Se les recordará e informará a cada quien de sus buenas y malas obras. Los fieles reconocerán sus pecados y serán perdonados. Los incrédulos no tendrán buenas acciones que declarar porque un incrédulo es recompensado por sus buenas acciones en esta vida. Algunos eruditos opinan que el castigo de un incrédulo puede reducirse en intercambio de sus buenas obras, excepto el castigo por el gran pecado de la incredulidad.
El lago del Profeta
Cada Profeta tendrá un pequeño estanque, pero el estanque de nuestro Profeta será el más amplio, el más dulce, y el que tendrá el mayor número de visitantes. Sus aguas serán más dulces que la miel, y serán más blancas que la leche, y tendrá recipientes tan numerosos como las estrellas. Cualquiera que sacie su sed en estas aguas una vez, nunca volverá a sentir sed de nuevo.
El Siraat
El Siraat es un puente real que será establecido sobre el Infierno extendiéndose entre el Paraíso y el Fuego. A quien haya sido firme en la religión de Dios en esta vida, le será fácil atravesarlo. ¡Será más delgado que un cabello y más afilado que una espada! Habrá gente que lo atravesará tan rápido como un parpadeo, como un relámpago, como el viento, en veloces caballos, en camellos corriendo, o a un ritmo normal caminando. Habrá quienes escasamente se arrastren sobre él, gateando. Estos serán atrapados por ganchos de hierro y arrojados al Fuego. Aquel que cruce el Siraat llegará al Paraíso.
Aquellos que lo crucen serán reunidos en un lugar entre el Paraíso y el Infierno. Resolverán sus mutuas deudas y entonces les será permitido entrar al Paraíso.
(C) Intercesión otorgada a los profetas y a los virtuosos
Allah ha explicado claramente la intercesión apropiada:
a) Él tiene que permitirla y,
b) Le será permitida únicamente a aquellos con los que Él esté complacido.
Tipos de intercesión
Tres formas de intercesión son especiales para el Profeta:
1) El Profeta hará la primera intercesión, llamada la Gran Intercesión, en la Gran Explanada de la Reunión, para que comience el Juicio.
2) El segundo será para obtener el permiso para que la gente del Paraíso entre en él.
3) Le será permitido interceder en nombre de algunos paganos para que les sea reducido su castigo en el Infierno.
4) El último tipo de intercesión será para aquellos que merezcan estar en el Infierno. El Profeta compartirá este tipo de intercesión con otros profetas y otros creyentes piadosos. Esta intercesión será para:
(i) Aquellos que nunca entrarán en el Infierno aunque lo merecieran, y
(ii) aquellos que entrarán en el Infierno, pero serán sacados de él.
Finalmente, el Señor, el Más Misericordioso, sacará a algunas personas del Infierno por Su infinita bondad.
Después de que todos hayan entrado en el Paraíso, habrá aún espacio libre en él. Allah realizará una creación especial para que ellos entren en el Paraíso.
(D) El Paraíso y el Infierno
Ambos son reales, existen en el presente y continuarán existiendo por siempre. La felicidad de la gente del Paraíso nunca tendrá fin y el castigo de los incrédulos condenados al Infierno nunca cesará.
El Paraíso tendrá todo lo que una persona pueda desear, todos los anhelos se cumplirán. Habrá palacios, sirvientes, riquezas, arroyos de leche y miel, agradables fragancias, suaves voces, cónyuges puros para la intimidad. ¡Las personas nunca se aburrirán ni se cansarán de algo! La mayor dicha será ver a su Señor, de la cual se privará a los incrédulos.
El Infierno será un lugar de castigo para los incrédulos y de purificación para los creyentes pecadores. Tendrá variados y distintos tipos de tortura y castigo: quemaduras por el fuego, agua hirviente para beber, alimentos escaldados para comer, cadenas y sofocantes columnas de fuego. Para los incrédulos, nunca tendrá fin, ya que permanecerán en él para siempre. Los creyentes pecadores enviados al Infierno serán eventualmente sacados de allí por una de las intercesiones mencionadas anteriormente.
El sexto y último artículo de la islámica es la creencia en el decreto divino (Qader). El decreto divino es un artículo extremadamente importante de la fe, y gente de diversas religiones han tenido diferencias entre sí sobre este tema durante mucho tiempo.
El decreto divino es el "misterio oculto" de Allah, cuyas profundidades son inaccesibles para el ser humano. Un musulmán debe aprender sobre la creencia adecuada en cuanto al decreto divino y apegarse al consejo del Profeta:
“Cuando el decreto divino (Qader) se mencione, que se guarde silencio” (Sahih Muslim).
Al mismo tiempo, se nos ha dado suficiente información sobre este tema de modo que podamos estar en paz con ello, aunque desconozcamos sus complejidades. Por esta razón, es un aspecto obligatorio de la fe. Enfatizando la importancia de esta creencia, Ibn Omar, el famoso compañero del Profeta Muhammad, juró una vez diciendo, sobre aquellos que rechazaban esta creencia: "Si alguno de ellos gastara una cantidad de oro igual [al tamaño] del Monte Uhad por la causa de Allah, nunca le sería aceptado por Allah, a menos que crea en el decreto divino".
Ubada Bin Samit, un compañero del Profeta, estaba en su lecho de muerte cuando su hijo lo visitó y le preguntó:
"¡Oh padre, dame un consejo de modo que pueda aferrarme a él!".
Ubada dijo:
"Siéntate. Oh hijo mío, nunca saborearás la fe y no alcanzarás la realidad del conocimiento de Allah hasta que creas en el decreto divino, en lo bueno y lo malo de este".
Entonces dijo:
"Oh padre mío, ¿cómo sé lo que es bueno y lo que es malo del decreto divino?".
Respondió:
"Debes saber que, de aquello que te afligió, nunca habrías podido escapar; y aquello que no te alcanzó, nunca habría podido afligirte. Oh hijo mío, escuché decir al Profeta de Allah que la primera cosa que Allah creó fue el Cálamo y le dijo: ‘Escribe’. Entonces, escribió todo lo que ocurrirá hasta el Día del Juicio. Oh hijo mío, si mueres sin creer en esto, entrarás en el Fuego".
Ad-Dailami dijo:
“Fui donde Ubai Bin Ka’b y le dije que tenía ciertas dudas en cuanto al decreto divino; entonces, le pedí que dijera algo que quizá Allah hiciese que se alejasen de mi corazón. Dijo: ‘Si Allah quisiera castigar a los habitantes de los cielos y de la Tierra, los castigaría y no sería injusto con ellos; y si les mostrara misericordia, esta sería mejor para ellos que sus acciones. Y si gastases una cantidad de oro igual al monte Uhad, no sería aceptado por Allah hasta que tuvieses fe en el decreto divino. Y debes saber que, de aquello que te afligió, nunca habrías podido escapar; y aquello que no te alcanzó, nunca habría podido afligirte".
Luego fue donde Abdullah Ibn Mas’ud, quien le dijo lo mismo. Después fue donde Hudaifah Bin Al Yaman[1], y le dijo lo mismo. Fue donde Zaid Bin Zabit, quien también le dijo lo mismo[2].
¿Qué es esta fe en el decreto divino (Qader) que estos grandiosos compañeros consideraban como una salvación del Fuego? ¿En qué exactamente tiene uno que creer?
(1) El conocimiento previo de Allah lo abarca todo y es completo.
(2) Allah ha registrado todo en la Tabla Preservada.
(3) La voluntad de Allah siempre se lleva a cabo, y Su Capacidad es perfecta.
(4) Allah creó todo.
(1) El conocimiento previo de Allah lo abarca todo y es completo
El primer componente necesario es creer en el conocimiento previo e infalible de Allah. Allah sabe lo que harán las criaturas, abarcando todo en Su conocimiento. Él conoce todo cuanto existe, en su integridad y su totalidad, en virtud de su antiguo y eterno conocimiento previo y absoluto. Es lo mismo para Él si está relacionado con Sus propias acciones o con los actos de Sus siervos. Conoce de ellos su estado, obediencia y desobediencia, sustento, tiempo de vida, éxitos y fracasos, y todos sus movimientos. Antes de que Él los creara, e incluso antes de que creara los cielos y la Tierra, Allah sabía exactamente quién entraría en el Paraíso y quien permanecería en el Infierno.
“No hay nada en la Tierra ni en el cielo que pueda esconderse de Allah” (Corán 3:5).
“¿Acaso no sabes que Allah conoce cuanto hay en el cielo y en la Tierra?” (Corán 22:70).
Quien rechaza esto niega la perfección de Allah, porque el opuesto al conocimiento es la ignorancia o el olvido. Significaría creer que Allah se habría equivocado en Su conocimiento de los eventos futuros y que no es Omnisciente; ambas son deficiencias de las que Allah está exento. Cuando el Faraón le preguntó a Moisés:
“Entonces, preguntó [el Faraón]: ‘¿Cuál fue el destino de las generaciones anteriores?’.
Dijo Moisés: ‘Solo mi Señor lo sabe, y Él lo tiene registrado todo en un Libro. Mi Señor no se equivoca nunca ni se olvida de nada’” (Corán 20:51-52).
Allah no está inadvertido del futuro ni olvida nada del pasado.
(2) Allah ha registrado todo en la Tabla Preservada
El segundo componente necesario es que Allah ha registrado todo lo que ocurrirá hasta el Día del Juicio en Al Lawh Al Mahfuz (la Tabla Preservada). La duración de la vida de todos los seres humanos está escrita y la cantidad de su sustento está repartida. La selección y la condenación eternas fueron escritas para toda la humanidad antes de que fuera creada. Por voluntad de ellos mismos salieron y por voluntad de ellos mismos cayeron; y debido a que su caída fue conocida de antemano, esta fue registrada.
Todo lo creado o lo que acontece en el universo es acorde a lo que allí está escrito. Allah ha dicho:
“¿Acaso no sabes que Allah conoce cuanto hay en el cielo y en la Tierra? Todo está registrado en un Libro, eso es fácil para Allah” (Corán 22:70).
A veces los pecadores intentan justificar el pecado diciendo “cometí este pecado pues así estaba escrito”. Esto es un error, pues implica creer que por el solo hecho de que esto haya sido escrito desaparece su libre albedrío y, por lo tanto, no tenía otra opción en sus acciones. La respuesta para tal pensamiento es: "No es así. Lo que estaba escrito es la decisión que usted tomó", lo que significa que usted tenía libertad de escoger. Lo que estaba escrito era simplemente la elección que tomaría, la cual Allah conocía de antemano por Su conocimiento absoluto, y esto no implica la anulación del libre albedrío.
(3) La voluntad de Allah ocurre, y Su capacidad es perfecta
Todo lo que Allah desea ocurre, y lo que Allah no desea no ocurre. Nada sucede en los cielos ni en la Tierra sin la voluntad de Allah, ni los actos divinos ni los actos de la creación:
“Di: 'Dios posee la Verdad absoluta, y si hubiera querido los habría guiado a todos'” (Corán 6:149).
Si dijéramos que algo ocurre en la existencia sin que Allah lo quiera, eso significaría que las cosas pueden ocurrir sin la voluntad de Allah, y eso sería un defecto en el poder y la voluntad de Allah. Pero no es así, sino que todo lo que ocurre solo puede pasar si Allah lo desea. Si Él no hubiese querido que eso ocurriera, nunca habría podido ocurrir.
Del mismo modo, las acciones de la creación ocurren por la voluntad de Allah:
“Pero sepan que solo se encaminará quien quiera Dios, Señor del universo” (Corán 81:29).
Nadie puede hacer nada excepto si Allah desea que así sea, si Él hubiese deseado que ello no tuviera lugar, jamás habría ocurrido.
(4) Allah creó todo
“[Él] creó todos los elementos de la creación y facultó plenamente a cada uno de ellos para cumplir su función” (Corán 25:2).
Esto incluye nuestras características y nuestros actos.
Los seres humanos son creados por Allah, así como los actos y las declaraciones que de ellos resultan. Esto es porque las acciones y las declaraciones de una persona son sus características; si la persona es una creación, entonces también son sus características una creación de Allah.
“Dios es Quien los creó a ustedes y a lo que ustedes hacen” (Corán 37:96).
Se nos ha dado una capacidad física y una de elección. Nuestras capacidades, tales como inteligencia y memoria, difieren tanto como nuestras características de altura, peso y color. También, se nos da una voluntad y podemos escoger.
Si alguna de ellas no existiera, el acto no será llevado a cabo. Aquel que ha creado la capacidad y la elección es Allah, el Creador de la causa y el efecto. Puesto que Allah ha creado ambos, la capacidad y la elección en nosotros, entonces los actos que llevamos a cabo son también creados por Allah.
El libre albedrío humano
La creencia islámica en el decreto divino (Qader) ―que cada acto humano, tanto en la vida material como en la espiritual, está predestinado, manteniendo la libertad humana intacta sin negar la interferencia divina en los asuntos humanos― no afecta el principio de libertad moral ni de la responsabilidad. El hombre no es una criatura indefensa arrastrada por el destino. Es incorrecto creer que la acción del destino es ciega, arbitraria e inexorable.
Todo ya es sabido, pero la liberad también está garantizada.
El hombre es responsable por sus actos. Las naciones y los individuos letárgicos, indolentes a los asuntos ordinarios de la vida, deben reprocharse a sí mismos, no a Allah. El hombre está sometido a obedecer la ley moral, y recibirá un castigo o una recompensa merecidos según viole u observe la ley. Sin embargo, si esto es así, el hombre debe tener en su poder el quebrar u obedecer la ley. Allah no nos hará responsables de algo a menos que seamos capaces de hacerlo:
“Allah no exige a nadie por encima de sus posibilidades...” (Corán 2:286).
“Tengan temor de Allah, tanto como puedan” (Corán 64:16).
Todos conocen la diferencia entre estar obligado a hacer algo y ser libre, tener la elección de hacer eso; la diferencia entre tener un arma en la cabeza y ser libre de tomar decisiones.
Algunas personas erradamente se imaginan que el decreto divino de la vida futura de cada individuo está tan rigurosamente predeterminado por Allah en sus detalles, que sus propios deseos y voluntad no tienen poder de alterar el curso de los eventos. ¡Desafía el sentido común rechazar la fe o cometer un pecado incluso antes de saber si estaba destinado a pasar o no! Todos tienen la capacidad de elegir entre la justicia y el mal, entonces, ¿cómo puede una persona elegir voluntariamente el camino a la perdición y usar el decreto divino (Qader) como excusa? Es más apropiado caminar por el camino bendecido y atribuir este a nuestro destino. Allah sabe desde la eternidad con una seguridad infalible quién será salvado y quien será condenado; y mientras que Allah tiene este conocimiento infalible, nosotros, por nuestra parte, no podemos tener una seguridad absoluta en cuanto a cómo terminaremos. El Profeta (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él) dijo:
“Busquen lo que es benéfico para ustedes, y pidan ayuda a Allah. No pierdan la esperanza y, si algo hubiere de afligirlos, no digan: ‘Si hubiera hecho tal y tal’, puesto que decir ‘si’ abre las puertas al demonio”
“Si es de los exitosos, entonces los actos de aquellos que son exitosos le serán facilitados” (Sahih Al Bujari, Sahih Muslim).