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Una de las maneras por las que se comprueba su profecía es la honestidad, sea de acuerdo a los incidentes del pasado, en la vida cotidiana, o cosas que vendrán en el futuro.  Aparte del Corán, hay muchos dichos del Profeta Muhammad que contienen profecías que él realizó a lo largo de su vida con respecto al cercano o distante futuro. Algunas de ellas se han convertido en realidad, otras esperan ser verse realizadas en el futuro. Hudhaifah, un discípulo del Profeta Muhammad, nos dice:





“El Profeta dio una vez un discurso frente a nosotros donde mencionó todo (los signos) que sucederán hasta el advenimiento de la Hora sin dejar nada de lado. Algunos de nosotros lo recordaron y algunos otros lo olvidaron. Después de ese discurso, yo solía ver eventos llevarse a cabo mencionados en ese discurso, pero los había olvidado antes de que ocurrieran. Luego reconocía los eventos como un hombre reconoce a otro hombre que ha estado ausente y lo ve y lo reconoce.” (Sahih Al-Bujari)





Hay al menos 160 profecías conocidas y confirmadas del Profeta Muhammad que fueron cumplidas a lo largo de su vida y la primera generación después de él[1].  Mencionaremos algunas de ellas.





(1)  La Batalla de Badr, la primera y decisiva confrontación con los paganos Mecanos en el segundo año de la emigración desde la Meca en el año 623 DC, el Profeta Muhammad predijo el lugar en que cada soldado pagano Mecano caería. Aquellos que fueron testigos de la batalla fueron presenciaron la profecía cumplirse con sus propios ojos.[2]





(2)  El Profeta Muhammad profetizó que la Batalla de los Aliados (al-Ahzab) sería la última invasión de la tribu de Quraish (los paganos mecanos) en contra de los musulmanes. Esta tuvo lugar en el año quinto de la emigración, en el año 626 y fue el último conflicto militar entre los dos bandos. Los mecanos abrazaron el Islam después de algunos años.[3]





(3)  El Profeta informó a su hija, Fátima, que sería el primer miembro de su familia en morir después de él. Existen dos profecías en una: Fátima viviría más que su padre; Fátima sería la primera en morir después de él. Las dos fueron cumplidas.[4]





(4)  El Profeta Muhammad profetizó que Jerusalén sería conquistada después de su muerte.[5] La profecía fue cumplida cuando, de acuerdo a la Enciclopedia Británica: “En 638 el califa musulmán Umar, ingresó a  Jerusalén.”[6]





(5)  El Profeta Muhammad profetizó la conquista de Persia.[7]  Fue conquistada por el comandante de Umar, Sa’ad bin Abi Waqqas.  En las palabras de la Enciclopedia Británica:





“…los asaltos al territorio Sasánida fueron rápidamente realizados por los califas de Muhammad, en Medina - Abu Bakr y Umar ibn al-Jattab… una victoria en Al-Qadisiyyah en 636/637 DC fue seguida por la conquista de la capital Sasánida en el Tigris. La Batalla de Nahavand en 642 completó la derrota de los Sasánidas.”[8]





(6)  El Profeta Muhammad profetizó la conquista de Egipto.[9]  En las palabras de la Enciclopedia Británica:





“Amr… emprendió la invasión en el año 639 con un pequeño ejército de unos 4.000 hombres (luego se sumaron más).  Con una impresionante velocidad las fuerzas Bizantinas se retiraron de Egipto en 642… Varias explicaciones se han dado acerca de la conquista lograda.”[10]





(7)  El Profeta predijo la confrontación con los turcos.[11]  El primer conflicto se llevó a cabo durante el califato de Umar en el año 22 DH.[12]





(8)  El Profeta predijo que la primera batalla marítima de los musulmanes sería atestiguada por Umm Haram, la primera mujer en participar en una expedición naval. Él también profetizó el primer enfrentamiento en Constantinopla.[13]





La primera batalla marítima en la historia musulmana fue en el año 28 DH (año 648)  durante el gobierno de Mu’awiya, y fue atestiguada por Umm Haram tal como lo había presagiado el Profeta Muhammad, y Yazid ibn Mu’awiya llevó a cabo el primer enfrentamiento en Constantinopla en el año 52 DH (año 672).[14]





(9)  La Profecía que Roma, Persia y Yemen serían conquistadas fue realizada durante la batalla de los Aliados en el año 626,[15] bajo circunstancias extremas, como se describe en el Corán:





“Cuando os atacaron por todas partes, el terror desencajó vuestras miradas, se os subieron vuestros corazones hasta las gargantas, e hicisteis conjeturas sobre Allah [pensando que no socorrería a los creyentes]. Allí fueron  probados los creyentes, y sacudidos por una fuerte conmoción. Y dijeron los hipócritas y aquellos en cuyos corazones había dudas [sobre la Verdad]: Allah y Su Mensajero no nos han hecho más que falsas promesas.” (Corán 33:10-12)





(10)    El Profeta Muhammad profetizó que un impostor afirmando hablar en nombre de Dios sería muerto en manos de un hombre piadoso en los tiempos de Muhammad.[16]  Al-Aswad al-Ansi, un falso profeta impostor en Yemen, fue muerto en los tiempos del profeta por Fayruz al-Daylami.[17]





Hay al menos 28 profecías más que pertenecen al final de los tiempos que esperan ser cumplidas.





De hecho, estas profecías bien documentadas son claras pruebas de la profecía de Muhammad, que Dios lo alabe. No hay manera posible por la cual el Profeta pueda haber sabido acerca de estos incidentes si no hubiese sido inspirado por Dios mismo, todo para probar la veracidad de Muhammad, que él no era un impostor, sino un Profeta enviado por Dios para guiar a la humanidad.





En el sexto año después de que el Profeta fuese forzado a emigrar de la Meca a Medina, se vio a sí mismo visitando la Meca y realizando la peregrinación en un sueño que se menciona en el Corán:





“Por cierto que Dios hará realidad la visión que tuvo Su Mensajero [en sueños] y entraréis en la Mezquita Sagrada, si Dios quiere, algunos con las cabezas rasuradas y otros con el cabello recortado, sin temer absolutamente nada.” (Corán 48:27)





Dios hizo tres promesas:





(a)   Muhammad entraría a la Gran Mezquita de la Meca.





(b)  Muhammad entraría en estado de seguridad.





(c)   Muhammad y sus compañeros realizarían la peregrinación y sus rituales.





Ignorando la hostilidad de los mecanos, el Profeta Muhammad reunió a sus compañeros y se embarcó en un pacífico viaje a la Meca. Pero los mecanos continuaros siendo hostiles y lo forzaron a volver a Medina. El sueño permaneció sin realizarse; sin embargo,  un importante tratado fue firmado entre el Profeta y los mecanos, que tendría gran importancia en el futuro. Fue gracias a este tratado que Muhammad realizó una pacífica peregrinación con sus compañeros al año siguiente. El sueño se hizo realidad.[1]





La Profecía Coránica: ‘Los incrédulos serán derrotados’





Los musulmanes fueron víctimas de severas persecuciones en la Meca por parte de los paganos. En una ocasión fueron boicoteados durante tres años, y la eterna escasez de comida algunas veces bordeaba la hambruna.[2] Cualquier palabra de victoria era inimaginable. A pesar de todos los inconvenientes, Dios profetizaba en la Meca:





“Pero ciertamente todos ellos serán vencidos y huirán” (Corán 54:45)





El verbo árabe yuhzamu es precedido por sa (un prefijo árabe que denota tiempo futuro), haciendo de él una profecía distintiva que espera ser cumplida en el futuro. Y así lo fue como en el sagrado mes de Ramadán, dos años después de la emigración del Profeta desde la Meca a Medina, los mecanos fueron derrotados en la Batalla de Badr y se vieron forzados a retirarse.[3]  Umar, el Segundo califa de los musulmanes después del Profeta, solía decir que ¡no sabían como la profecía Coránica se cumpliría hasta que ellos mismos fueron testigos de su realidad en la famosa Batalla de Badr! (Sahih Al-Bujari)





La Profecía Coránica: ‘Los Creyentes Tendrán Autoridad Política’





A pesar de la severa opresión en manos de  los mecanos, los musulmanes tuvieron buenas noticias de Dios:





“Dios prometió hacer prevalecer en la Tierra a quienes crean de vosotros y obren correctamente, como lo hizo con quienes os precedieron. [A éstos también] Les concederá el poder necesario para que puedan practicar la religión que Dios ha dispuesto para ellos [el Islam] y tornará su temor en seguridad. Adoradme, pues, y no Me atribuyáis copartícipe alguno. Y [sabed que] quienes no crean [y no agradezcan Mis gracias] estarán descarriados.” (Corán 24:55)





Era imposible de imaginar cómo tal promesa de Dios sería cumplida cuando los creyentes eran oprimidos por los idólatras de la Meca en el momento en que se hizo. Sin embargo, se cumplió. Es cierto, Dios brindó seguridad y dominio político a los musulmanes en cuestión de años.





“Y por cierto que decretamos para quienes elegimos como Mensajeros de Nuestros siervos [y así se lo prometimos] que serían auxiliados” (Corán 37:171-172)





Al principio, los musulmanes establecieron su propio estado, invitados por la gente de Medina, cuando Dios ordenó su emigración allí desde la Meca. Luego, durante la vida del Profeta, el estado se expandió dominando toda la Península árabe, desde el Golfo de Aqaba y el Golfo árabe hasta el mar arábigo al sur, incluyendo el lugar desde donde los musulmanes habían sido expulsados (La Meca misma). Este decreto siguió en curso para la expansión política de los musulmanes y el dominio religioso y no se detuvo en la Península árabe. La historia brinda un vivo testimonio de como los musulmanes gobernaron las tierras de la antiguos Imperios Persa y Romano, una expansión que asombró y ganó la admiración de los historiadores del mundo. En las palabras de la Enciclopedia británica:





“Dentro de un período de sólo 12 años después de la muerte de Muhammad, los ejércitos del Islam tomaron posesión de Siria, Irak, Persia, Armenia, Egipto y Cirenaica (Libia).”[4]





Las Profecías del Corán con respecto a los Hipócritas y la Tribu de Banu Nadhir





Dios dice en el Corán:





“¿Acaso no observaste [¡Oh, Muhammad!] a los hipócritas cuando decían a sus hermanos incrédulos de la Gente del Libro: Si sois expulsados, nos iremos con vosotros, y jamás obedeceremos a nadie que os quiera dañar. Y si os combaten os socorreremos? Y Dios es testigo de que son unos mentirosos. Si son expulsados, no se irán con ellos. Si son combatidos no les socorrerán. Y aun si les socorrieran huirían del combate, y luego no serían auxiliados.” (Corán 59:11-12)





La Profecía se llevó a cabo cuando la tribu de Banu Nadhir fue expulsada en agosto de 625 DC de Medina; los hipócritas no los acompañaron ni acudieron en su ayuda.[5]





Las profecías Coránicas con respecto a las futuras Confrontaciones





“Ellos sólo podrán agraviaros [con sus calumnias], y cada vez que os combatan huirán por temor, y no serán socorridos.” (Corán 3:111)





“Sabed que aun cuando los incrédulos os hubieran combatido [en Hudaibiiah], habrían huido vencidos, pues no hubiesen tenido quien les proteja ni les defienda.” (Corán 48:22)





Históricamente, después de que los versículos fuesen revelados, los incrédulos de la Península árabe nunca pudieron resistir a los musulmanes nuevamente.[6]





Podemos dilucidar de las profecías que se mencionan en estos artículos que las afirmaciones de los detractores de la Profecía de Muhammad son completamente infundadas. Han basado sus críticas en el reto de mostrar lo que Muhammad, que Dios le de paz, predijo, si acaso, y las predicciones que se hicieron realidad.[7]  Él si, manifiestamente, profetizó, guiado por Dios, y siendo el último de los profetas enviados, lo que nos dijo realmente sucedió. Por lo tanto, bajo el criterio de los detractores, Muhammad fue el Mensajero de Dios, y el último de los profetas enviados, por las declaraciones hechas en su tradición (Sunnah)  y el Corán.



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