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 Una de las diferencias más llamativas entre un gato y una mentira, es que un gato tiene sólo siete vidas. »





-          Mark Twain, el Calendario de Pudd'nhead Wilson.





¿Hijo de Dios, el hijo de David, o hijo del Hombre?  Jesús se identifica como el “hijo de David” catorce veces en el Nuevo Testamento, empezando con el primer versículo (Mateo 1:1). El Evangelio de Lucas documenta cuarenta y una generaciones entre Jesús y David, mientras Mateo enumera veintiséis.  Jesús, un descendiente distante, puede llevar sólo el “hijo de David” metafóricamente y como un título. Entonces ¿qué debemos entender por el título, “hijo de Dios”?





El “Trilema”, es una discusión común de los misioneros cristianos. Algunas personas dicen que Jesús o era un loco, o un mentiroso, o el Hijo de Dios. Estamos de acuerdo en que Jesús no era ni un loco ni un mentiroso. También estemos de acuerdo en que él precisamente era eso que declaró ser. ¿Pero “eso”, exactamente, que era? Jesús frecuentemente se llamó el “Hijo del Hombre”, de forma consistente, quizás también enfáticamente; pero ¿cuándo él se autodenominó “Hijo de Dios?”





Indaguemos en esto. En primer lugar, ¿Qué hace al título “Hijo de Dios” objetable?  Ninguna secta cristiana legítima sugiere que Dios tomara una esposa y tuviese un hijo, y ciertamente nadie concibe que Dios engendrara a un niño a través de una madre humana fuera del matrimonio. Además, sugerir que Dios tuvo relaciones sexuales con un elemento de Su creación está hasta ahora más allá de los límites de la tolerancia religiosa y, sin duda, esta declaración sería considerada por todos una terrible blasfemia, posiblemente tomada de la mitología griega.





Sin la explicación racional disponible dentro de los principios de la doctrina cristiana, la única salida estaría en el dogma de fe, un “misterio” incomprensible. Aquí es donde las voces musulmanas claman repitiendo la pregunta que Dios propuso en el Corán: 





« …el Creador de los cielos y de la tierra! ¿Cómo sería possible que tuviera un hijo sin que jamás haya existido para Él compañera, pues es Él quien ha creado todo y sólo Él tiene conocimiento de todo? » (Corán 6:101)





… mientras tanto, otros declaman: “¡Pero Dios puede hacer lo que le plazca!” La posición islámica, sin embargo, es que Dios no hace cosas impropias de su naturaleza, sino sólo cosas piadosas. En el punto de vista islámico, el carácter de Dios es íntegro con Su ser y consecuente con Su majestad.





Así de nuevo, llegamos a la pregunta ¿qué significa “Hijo de Dios”? Y si Jesús Cristo tiene los derechos exclusivos al título… ¿por qué la Biblia dice, “... porque Yo (Dios) soy el Padre de Israel, y Efraín (es decir Israel) es mi primogénito” (Jeremías 31:9); y “... Mi hijo Israel, mi primogénito” (Éxodo 4:22)? Tomando el contexto de Romanos 8:14, donde se lee “Y todos quienes siguen el Espíritu de Dios, ellos son los hijos de Dios”, muchos estudiosos concluyen que entonces, la frase “Hijo de Dios” es un título metafórico, y que, al igual que el término “Cristo”, no implica exclusividad. Después de todo, El Diccionario Oxford de la Religión judía confirma esto en el modismo judío, aclarando que el título de “Hijo de Dios” es claramente metafórico. Es decir, el término “Hijo de Dios”, se encuentra de vez en cuando en la literatura judía, bíblica y post-bíblica, pero no implicando el descenso físico en ninguna parte de la Deidad. Los comentarios del Diccionario de la Biblia son elocuentes:





“Respecto a nombrar a alguien como “hijo”, el uso semítico tiene una connotación que es habitualmente empleada para señalar una relación moral en lugar de relación física o metafísica. Así, los “hijos de Belial” (Jueces 19:22, etc.) eran hombres malos, no los descendientes de Belial; y en el Nuevo Testamento los “hijos del lugar de bodas” resultan ser los invitados a la celebración de un matrimonio. Así es que, un “hijo de Dios” es un hombre, o incluso unas personas que reflejan el carácter de Dios. Hay evidencia de que el título se usó en los círculos judíos del Mesías, y referirse al término “hijos”, otorgándole implicancias más allá de una relación moral, sería contrario al monoteísmo judío”.





En cualquier caso, la lista de candidatos para ser “hijo de Dios” empieza con Adán, según Lucas 3:38: “... Adán, que era el hijo de Dios”. 





Aquéllos que refutan citando Mateo 3:17 (“Y de repente una voz vino del cielo, diciendo 'Éste es Mi hijo querido, con quien Yo estoy satisfecho' “) han pasado por alto el punto de que la Biblia describe a muchas personas, entre ellos Israel y Adán inclusive, como los “hijos de Dios”. II Samuel 7:13-14 y Crónicas 22:10 dice: “Él (Salomón) construirá una casa para Mi nombre, y yo estableceré el trono de su reino para siempre.  Yo seré su Padre y él será Mi hijo”.





Naciones enteras son llamadas “los hijos de Dios”. Los muchos ejemplos incluyen: 





Génesis 6:2, “Que los hijos de Dios tomen por esposas a las hijas de Dios”





Génesis 6:4, “había gigantes en la tierra por esos días, y también después, cuando los hijos de Dios se unieron a las hijas de los hombres… »





Deuteronomio 14:1: “Vosotros sois los hijos del Señor vuestro Dios.”





“Y un día,  ahora cuando los hijos de Dios vinieron a presentarse ante el SEÑOR… “ “De nuevo, cuando los hijos de Dios vinieron a presentarse ante el SEÑOR… »





“¿Cuándo las estrellas de la mañana cantaron juntas, y todos los hijos de Dios gritaron de alegría?”





Filipenses 2:15: “Quienes pueden levantarse sin culpa e indemnes, son los hijos de Dios que no tienen falta, en medio de una generación corva y perversa…”





Juan 3:1-2: “¡Miren de qué manera el amor del Padre ha dado en nosotros, que nosotros debemos llamarnos hijos de Dios! … Bienaventurados, ahora nosotros somos hijos de Dios…”





En Mateo 5:9 Jesús dice: “Benditos son los pacificadores, porque ellos se llamarán hijos de Dios”. Después, en Mateo 5:45, “Jesús prescribió a sus seguidores el cultivo de atributos nobles, para que puedan ser los hijos de su Padre en el cielo”. Y es muy evidente que este Padre es Dios.





El hombre era un maestro.  Enseñó la Ley de Moisés.  Le impresionó ver a Jesús responder las preguntas de hipócritas y herejes con sabiduría:





“Uno de los maestros de la ley vino y les oyó debatir.  Notando que Jesús les habían dado una respuesta buena, él le preguntó: ‘De todos los mandamientos, ¿cuál es el más importante?’”





Sentía que era su oportunidad de preguntarle a Jesús, el Gran Maestro, cuál era el mandamiento más importante, cómo podría salvarse, entrar en la vida y el Reino de Dios.





Ahora, nosotros necesitamos dejar de lado todos nuestros prejuicios, todo lo que nosotros hemos aprendido en las escuelas de catequesis, y todas las enseñanzas de hombres mortales.  Todos los que aman a Jesús deben permitirle hablar:





“El más importante - dijo Jesús - es: ‘Oye, Oh Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor es Uno’.  Amen al Señor su Dios con todos su corazón y con toda su alma y con toda su mente y con toda su fuerza.”





Una gran respuesta a una gran pregunta: acepta al Señor nuestro Dios que es Único, ámalo, y ríndele culto sincero sólo a Él.





Jesús no había concluido.  Él tenía más para enseñar.  Obviamente Jesús estaba enseñándole todo lo que él necesitaba para entrar al Reino de Dios.  Jesús agregó:





“… El segundo es: ‘ama a tu prójimo como a ti mismo’.”





El Gran Maestro aclaró aún más:





No hay mandamientos más importantes que éstos.”





El hombre que preguntó a Jesús repitió los mandamientos para asegurarse que los había  aprendido bien:





“Bien, maestro”, el hombre contestó.  “Tienes razón diciendo que Dios es Uno y no hay ningún otro dios excepto Él…” (Marcos 12:32)





Jesús vio que el hombre había aprendido correctamente el mandamiento más importante y le dio las buenas noticias:





“Cuando Jesús escuchó que había contestado sabiamente, le dijo: ‘No estás lejos del reino de Dios.’” (Marcos 12:34)





Hay algunas lecciones significantes en esta historia:





Primero, Jesús enseñó al hombre más de lo que este preguntó, sin embargo, no dijo que él es el hijo de Dios, o el Salvador enviado a redimir a la humanidad de sus pecados.  No dijo nada ni remotamente similar a lo que algunas personas dicen al repetir que han ‘nacido de nuevo’ en Cristo: “Usted debe recibirme individualmente, acépteme como el Hijo de Dios, su Señor personal y Salvador que morirá en la cruz por sus pecados y seré resucitado.  Permita que el Espíritu santo lo llene…”





Tome usted lo que Jesús dijo y saque lo que las personas que vinieron después han agregado.





Segundo, la salvación depende de este mandamiento.  Jesús lo dijo claro cuando otro hombre se le acercó para aprender de él (Marcos 10:17-29).  El hombre se hincó ante sus rodillas y dijo:





“‘Buen maestro, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?’”  Jesús contestó: ‘¿Por qué me llama bueno?  Nadie es bueno, excepto Dios (exclusivamente).’” (Marcos 10:17-18)





Tercero, Jesús confirmó que no hay ningún mandamiento más importante que éstos.  En caso de que, alguien pudiera pensar que el más grande de los  mandamientos cambió después, Jesús nos dijo:





“Ciertamente, yo les digo: cultiven el cielo y pasen por la tierra sin temer, que ni una jota ni un punto cambiarán de la ley que todos deben cumplir.  Quien quiera que rompa uno, aunque sea el menor de estos mandamientos, y lo enseña a los hombres, se llamará el menor en el reino del cielo; pero quien quiera que los cumpla y los enseña, él se llamará grande en el reino del cielo.” (Mateo 5:17-19)





Cuarto, cualquiera que ama a Jesús y quiere entrar en la vida eterna, debe cumplir el mandamiento más importante de Jesús cuando él mismo dijo:





“Si tú me amas, cumple mis mandates.” (Juan 14:15)





“Si quieres entrar en la vida eterna, obedece los mandamientos.” (Mateo 19:17)





Un cristiano sincero debe aceptar lo que Jesús dijo sin torcer sus palabras o buscar algún significado oculto en ellas.  Jesús enseñó lo que Moisés enseñó unos 2,000 años antes que él:





“Oye, Oh Israel: El Señor nuestro Dios, el Señor es Uno.  Amen al Señor vuestro Dios con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma y con toda vuestra fuerza.” (Deuteronomio 6:4-5)





Jesús enseñó la misma verdad eterna que TODOS los profetas de Dios enseñaron a su gente: Dios es Uno, ríndasele culto sólo a Él.





“Temed sólo al Señor tu Dios, sírvelo sólo a Él y hagan vuestros juramentos en Su nombre” (Deuteronomio 6:13)





“No tendrán ningún otro dios además de Mí” (Deuteronomio 5:7)





Isaías 43:11 dice que “Yo soy vuestro Señor y además de Mí, no hay ningún Salvador.”





“Yo soy el Señor tu Dios que te sacó de Egipto.  Tú no reconocerás ningún Dios excepto a Mí, ningún Salvador excepto a Mí” (Oseas13:4)





“Oh, permítanos prosternarnos y rendir culto a Dios, permítanos arrodillarnos ante el Señor, nuestro Creador.  Porque nosotros somos las personas de Su creación y las ovejas de Su rebaño y Él es nuestro Dios” (Salmos 95:6-7)





Jesús dio énfasis a esta enseñanza también a Satanás:





“¡Fuera de mí, Satanás!  Porque está escrito: Rinde culto al Señor tu Dios, y sólo sírvelo a Él” (Mateo 4:10)





El Corán confirma el mandamiento más importante de Jesús.  El Corán nos enseña justamente que Dios envió a todos los Profetas con la misma enseñanza: rendir culto al Único verdadero Dios, exclusivamente.





“Y VUESTRO DIOS es el Dios Único: no hay deidad sino Él, el Más Misericordioso, el Dispensador de Gracia.” (Corán 2:163)





“Tu Sustentador ha ordenado que no adoréis a nada excepto a Él.” (Corán 17:23)





“Y antes de ti no mandamos a ningún enviado sin haberle revelado que no hay más deidad que Yo, por lo tanto, habréis de adorarme sólo a Mí.” (Corán 21:25)





El Corán nos dice que Dios le preguntará a Jesús en el Día de la Resurrección:





“Y, HE AHÍ, que Dios dijo: “¡Oh, Jesús, hijo de María!  ¿Dijiste acaso a la gente: ‘Adoradme a mí y a mi madre como divinidades junto con Dios?’” (Corán 5:116)





Jesús responderá:





“¡Glorificado seas!  ¿Cómo habría de decir algo a lo que no tengo derecho?  ¡Si lo hubiera dicho, ciertamente Tú lo habrías sabido!  Tú conoces todo lo que hay en mí, mientras que yo no conozco lo que hay en Ti.  En verdad, sólo Tú conoces todo lo que está fuera del alcance de la percepción del ser humano.  No les dije sino lo que Tú me ordenaste: ‘¡Adorad a Dios, mi Señor y también vuestro Señor!’  Y fui testigo de sus acciones mientras permanecí entre ellos; pero desde que Tú me elevaste a los cielos, sólo Tú has sido su supervisor: pues Tú eres testigo de todas las cosas.  Si les castigas, en verdad, son Tus siervos; y si les perdonas ¡en verdad, sólo Tú eres Poderoso, realmente Sabio!” (Corán 5:116-118)





 





La Biblia dice: “Dios no es un hombre” (Números 23:19)





“Porque soy Dios, no un hombre” (Oseas 11:9)





Jesús es nombrado como un hombre muchas veces en la Biblia:





“un hombre que os habla con la verdad” (Juan 8:40)





En Hechos 2:22 “Jesús el Nazareno, un hombre enviado por Dios con los milagros y maravillas y señales que Dios realizó a través de Él entre vosotros, así como sabéis”.





En Hechos 17:31 “Él juzgará al mundo con rectitud a través de un hombre, a quien Él ha designado”.





“…es un hombre,  Cristo Jesús” (1 Tim. 2:5)





Dios no es un hombre; pero Jesús, a quien algunos llaman Dios, sí es un hombre. Por lo tanto, Jesús no es Dios.





1.    La Biblia dice que Dios, no es hijo de los hombres:





“Dios no es un hombre, ni el hijo de un hombre” (Números 23:19).





2.    La Biblia llama a Jesús “El hijo del hombre” o “un hijo del hombre”:





“Y fue el hijo del hombre…” (Mateo 12:40)





“porque el hijo del hombre viene” (Mateo 16:27)





“Hasta que vean al hijo del hombre llegar a su reino” (Mateo 16:28)





“Sabrán que el hijo del hombre tiene la autoridad” (Marcos 2:10)





“A causa del hijo del hombre” (Juan 5:27)





En las escrituras hebreas, las palabras “el hijo del hombre” son utilizadas para referirse a varias personas: (Job 25:6; Salmos 80:17, 144:3; Ezequiel 2:1; 2:3; 2:6; 2:8; 3:1; 3:3; 3:4; 3:10; 3:17; 3:25).





Dios no se contradiría a sí mismo afirmando que no es un hombre, para luego llamarse “hijo del hombre”, palabras que claramente se refieren a seres humanos y no a Dios. No es Dios el autor de esta confusión; de hecho, las palabras “hijo del hombre” son utilizadas con claridad para referirse a personas, incluyendo a Jesús, diferenciándolas evidentemente de Dios, quien no es un “hijo del hombre” según la Biblia.





La Biblia dice que Jesús negó ser Dios:





En Lucas 18:19, cuando un hombre llamó a Jesús 'Bueno', él respondió: “¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino sólo uno, Dios”.





Y en Mateo 19:17 dice: “Y les dijo: ¿Por qué preguntáis quién es Dios?  existe sólo un Dios, si deseáis acercaros a Él en esta vida, seguid sus órdenes”.





Jesús no le enseñaba a la gente que él era Dios, si Jesús hubiera dicho ser Dios, estaría diciendo que Dios es un hombre, y entonces se contradeciría. Jesús siempre negó ser Dios.





4.    La Biblia dice que Dios es más grande que Jesús:





“Mi Padre es más grande que yo” (Juan 14:28)





“Mi Padre es más grande que todo” (Juan 14:29)





Jesús no podía ser Dios si afirmaba que Dios es más grande que él, la creencia cristiana de que ‘Padre e hijo’ son iguales es directamente opuesta a las palabras de Jesús.





5.    Jesús nunca enseñó a sus discípulos que lo adoren a él, a su madre o al espíritu santo, sino que enseñó que debían adorar a Dios y sólo a Dios:





“y cuando oréis decid: Padre nuestro, que estás en los cielos” (Lucas 11:2)





“Ese día no me preguntaréis nada, le pediréis a mi Padre en mi nombre” (Juan 16:23)





“Y ha llegado la hora en que los verdaderos creyentes sólo adorarán a Dios, en su espíritu y con obras” (Juan 4:23)





Si Jesús hubiese sido Dios, hubiese enseñado que él debía ser adorado; en cambio, ordenó adorar sólo al Padre, quien está en los cielos.





La Biblia dice que Jesús oraba y adoraba sólo al verdadero y Único Dios:





“… y sepan todos ustedes, hay un único verdadero Dios, y Jesús Cristo ha sido enviado a ustedes por Él” (Juan 17:3)





Jesús rezó a Dios durante la noche:





“y él continuó rezándole a Dios toda la noche” (Lucas 6:12)





“Así como el hijo del hombre no llegó para ser servido, sino para servir” (Mateo 20:28)





¿Cómo Jesús no invocaría a Dios?





“él volvió su rostro al suelo y oró: ¡Oh, Padre mío!” (Mateo 26:39)





Pablo dijo:





“y durante su vida en la tierra, Jesús imploró a Dios llorando que lo salvara del suplicio y la muerte, y fue escuchado debido a su inmensa piedad” (Hebreos 5:7).





¿A quién le imploraría Jesús llorando?  ¿A él mismo?  ¿A quién le imploraba con lágrimas que lo salvara de la muerte?  Ningún hombre, ni cuerdo ni loco, se implora y ora a sí mismo, evidentemente Jesús no se pedía a sí mismo, sino que le imploraba al Único y Verdadero Dios. El Dios al cual él servía, el Dios que lo envió. ¿No basta esto como prueba de que Jesús no era Dios?





El Sagrado Corán confirma que Jesús negó ser Dios y adoró al Único Dios:





“Ciertamente Dios es mi Señor y vuestro Señor, adoradlo sólo a Él.” (Corán 3:51)





7.    La Biblia dice que los discípulos no creyeron que Jesús era Dios:





En la Biblia, el libro de Los Hechos de los Apóstoles detalla la actividad de los discípulos durante un período de treinta años después de la partida de Jesús, quien fue ascendido a los cielos.  A lo largo de este período, ellos no se refirieron nunca a Jesús como Dios.  Por ejemplo, Pedro se puso de pie ante los once discípulos y dijo:





“Israelitas, escuchen mis palabras: Dios acreditó entre ustedes a Jesús de Nazaret.  Hizo que realizara entre ustedes milagros, prodigios y señales que ya conocen.” (Hechos 2:22)





Para Pedro, Jesús era un sirviente de Dios (citado en Mateo 12:18):





“El Dios de Abraham, Isaac y Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su servidor,  Jesús.” (Actos 3:13)





Dice en Hechos 3:26 “Dios elevó a su servidor...”





Cuando enfrentó la oposición de las autoridades, Pedro dijo:





“¡Nosotros debemos obedecer a Dios en lugar de obedecer a los hombres!  El Dios de nuestros padres creó a Jesús...” (Hechos 5:29-30)





Los discípulos oraron a Dios así como les fue ordenado por Jesús en Lucas 11:2, y consideraron a Jesús como el sirviente de Dios:





“... ellos levantaron sus voces juntos en la oración a Dios.  ‘Señor soberano’, ellos dijeron, ‘Tu has creado el cielo y la tierra y el mar, y todo en ellos.’” (Hechos 4:24)





“... su sirviente Jesús, santo, a quien Tú ungiste.” (Hechos 4:27)





“… de Su santo servidor, Jesús.” (Hechos 4:30)





Esto es exactamente lo que el Corán declara de Jesús:





“… yo soy de hecho servidor de Dios.” (Corán 19: 30)





8.    La Biblia dice que Jesús era el servidor de Dios, escogido por Él, y querido por Él.





“Miren, Mi servidor a quien yo he escogido, con quien Mi alma está contenta.” (Mateo 12:18)





Dado que Jesús es el servidor de Dios, Jesús no puede ser Dios.





9.    La Biblia dice que Jesús no pudo hacer milagros solo.





“El hijo no puede hacer nada solo; él puede hacer lo que El Padre decide.” (Juan 5:19)





“… yo no puedo hacer nada según mi propia voluntad.” (Juan 5:30)





Jesús no se consideró igual a Dios; de hecho, él negó hacer algo solo.





10.  La Biblia dice que Dios realizó los milagros a través de Jesús, y Jesús estaba limitado en lo que podría hacer.





“… pero cuando las muchedumbres vieron esto, ellos estaban pasmados, y glorificaron a Dios que había dado tal autoridad a los hombres.” (Mateo 9:8)





“… es un hombre que llegó a ustedes por Dios, con milagros y maravillas y señales que Dios realizó a través de Él.” (Hechos 2:22)





“… él hizo lo bueno y sanó a todos los que fueron oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con Él.” (Hechos 10:38)





Si Cristo fuera Dios, la Biblia simplemente diría que Jesús hizo los milagros sin hacer ninguna referencia a Dios.  El hecho de que era Dios quien le proporcionaba el poder de hacer milagros, demuestra que Dios es mayor y más poderoso que Jesús.





Además, Jesús estaba limitado realizando milagros.  Una vez, cuando Jesús intentó sanar a un hombre ciego, el hombre no se sanó después del primer intento, y Jesús tuvo que probar una segunda vez (Marcos 8:22-26).  Otra vez, una mujer se sanó de una hemorragia incurable.  La mujer subió detrás de Jesús y tocó emocionada su capa, y fue sanada inmediatamente.  Pero Jesús no tenía ninguna idea de quien lo tocó:





“… sintió enseguida que el poder había salido de él.  Se dio vuelta a la muchedumbre y preguntó ‘¿Quién tocó mi ropa?’” (Marcos 5:30)





“Él no podría hacer ningún milagro allí, excepto poner sus manos en unas personas enfermas y los sanaba.” (Marcos 6:5)





Obviamente, alguien con tales limitaciones no puede ser Dios.  El poder de los milagros no estaba dentro de Jesús.





11.  La Biblia dice que en ocasiones, hubo ángeles que fortalecieron a Jesús; Dios, sin embargo, no necesita ser fortalecido.





“Un ángel del cielo se había aparecido y lo fortaleció [en el jardín de Getsemaní].” (Lucas 22:43)





“entonces el diablo lo dejó; y los ángeles vinieron y empezaron a atenderlo.” (Marcos 1:13)





“Y él estuvo en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás; y estaba con las bestias salvajes, y los ángeles estaban cuidándolo.” (Marcos 1:13)





Los hombres necesitan ser fortalecidos; Dios no, porque Dios es Todo poderoso.  Si Jesús tuvo que ser fortalecido, evidentemente no era Dios.





12.  La Biblia dice que Jesús quiso hacer la voluntad de Dios, no la suya propia.





“… no se haga mi voluntad, sino la voluntad de Dios.” (Lucas 22:42)





“… yo no busco hacer mi propia voluntad, sino la voluntad de Aquel que me envoi.” (Juan 5:30)





“Porque yo bajé del cielo, no para hacer mi propia voluntad, sino la voluntad de Aquel que para eso me envoi.” (Juan 6:38)





¿Algunos miembros de la Trinidad son subordinados a otros miembros?  Según los textos tienen voluntades diferentes (“yo no busco hacer mi propia voluntad”).  Entonces, ¿ellos obedecen sin dudar a los otros (“La voluntad de Él, quién me envió”)?  Jesús admite  subordinar su propia voluntad a otra distinta, pero según la doctrina Trinitaria ellos todos deben tener una única voluntad.  ¿Uno de los miembros de la trinidad debe abandonar su propia voluntad en favor de la voluntad de otro miembro de la Trinidad?  ¿No deberían acaso tener exactamente la misma voluntad?





13.  La Biblia dice que Jesús consideró la voluntad de Dios como separada de su propia voluntad.





“Yo; mi otro testigo es el Padre.” (Juan 8:17-18)





“… no permitan que sus corazones se preocupen.  Confíen en Dios; también confíen en mí.” (Juan 14:1)





Si Jesús fuera Dios, no habría considerado la voluntad de Dios como separada de la suya propia.





“Ahora yo quiero que ustedes comprendan que la autoridad de cada hombre es Cristo, y la autoridad de la mujer es el hombre, y la autoridad de Cristo es Dios” (1 Corintios 11:3).





“Cuando Él ha hecho esto; entonces, el hijo está sujeto a Él, quién puso todo bajo su dominio, para que Dios pueda ser todo en todos” (2 Corintios 15:28). 





Siendo que Jesús estaba subordinado a Dios, él no era Dios. 





15.  La Biblia dice que Jesús creció en la sabiduría y aprendiendo, pero Dios es Omnisapiente, y por eso no tiene la necesidad de aprender:





Jesús creció en la sabiduría, pero Dios todo lo sabe:





“Grande es nuestro Señor y abundante en la fuerza; Su comprensión es infinita” (Salmos 147:5).  





“Y Jesús aumentó su sabiduría” (Lucas 2:52).





Dios no necesita aprender, pero Jesús sí aprendió: 





“… y porque él era un hijo, aprendió la obediencia… “ (Hebreos. 5:8).





16.  La Biblia dice que Jesús tenía limitado el conocimiento, pero el conocimiento de Dios es infinito:





“…nadie sabe sobre ese día u hora, incluso los ángeles en el cielo, ni el hijo, sólo lo sabe el Padre” (Marcos 13:32).





Entonces, Jesús no sabía ciertas cosas, él no era conocedor de todo y, por consiguiente, él no puede ser el Dios, cuyo conocimiento lo abarca todo.





17.  La Biblia dice que Jesús fue tentado, pero Dios no puede ser tentado.





“… lo tentaron de muchas maneras diferentes” (Hebreos 4:15).





“Dios no puede ser tentado a hacer el mal” (Juan 1:13).





Siendo que Dios no puede ser tentado, pero Jesús era tentado, es evidente que Jesús no era Dios.





18.  La Biblia dice que las enseñanzas de Jesús eran de Dios, NO del propio Jesús, 





“Entonces Jesús les contestó y dijo “Mi enseñanza no es mía, sino de Quién me envió” (Juan 7:16).





Jesús no podría decir esto si él hubiera sido Dios, porque la doctrina habría sido suya.





19.  La Biblia dice que Jesús murió, pero Dios no puede morir.





Romanos 1:23 y otros versos dicen que Dios es inmortal. Es evidente que inmortal significa “no sujeto a la muerte”. Este término sólo se aplica a Dios. 





20.  La Biblia dice que Jesús vivió debido a Dios: 





“… yo vivo debido al Padre” (Juan 6:57).





Jesús no puede ser Dios porque él dependía de Dios para su propia existencia.





21.  La Biblia dice que los poderes de Jesús le fueron concedidos:





En Mateo 28:18 dice que “Todo el poder se me ha concedido”.





Dios es todo poderoso, nadie le da Sus poderes a Dios; de lo contrario Él no sería Dios porque sería débil. Por consiguiente, Jesús no podría ser Dios.





22.  La Biblia dice que Jesús fue enseñado y recibió órdenes de Dios:





“Como mi Padre me enseñó, y según sus instrucciones yo hablo de estas cosas” (Juan 8:28).





“El Padre, Quien me envió, Él me dio un mandato” (Juan 12:49).





“… yo he guardado mis mandatos, Padre” (Juan 15:10).





Nadie puede enseñar a Dios; por otra parte, Dios no puede ser Omnisapiente y, simultáneamente, ser su propio maestro. Desde que Jesús fue enseñado y recibió órdenes de Dios, Jesús no puede ser el propio Dios. El maestro y el estudiante, el comandante y el dirigido, no pueden ser la misma persona.





23.  La Biblia dice que Dios hizo a Jesús “Señor”:





“Dios ha hecho a  Jesús... Señor y Cristo” (Hechos 2:36).





“Señor” se usa de muchas maneras en la Biblia, a veces se refiere a Dios y a veces se refiere a Jesús e incluso a otros. Por ejemplo:





1)    Los dueños de propiedad (Mateo. 20:8). 





2)    Los jefes de hogar (Marcos 13:35). 





3)    Los dueños del esclavo (Mateo. 10:24).   





5)    Un hijo llamó a su padre “Señor” (Mateo. 21:30). 





6)    El Emperador romano se llamó “Señor” (Hechos 25:26). 





7)    Se llamó a las autoridades romanas “Señor” (Mateo. 27:63). 





“Señor” no es igual que “Dios”. “Señor” (la palabra griega es kurios) es un título de respeto y nobleza que se usó muchas veces en la Biblia. Si Jesús fuera Dios, entonces, que la Biblia diga que él fue “hecho” Señor, no tendría ningún sentido. 





24.  La Biblia dice que Jesús podía menos que los ángeles:





“Pero nosotros vimos que Jesús no podía hacer lo que los ángeles” (Hebreos 2:9).





Dios, el Creador de los ángeles, no puede ser menos poderoso que Su propia creación, pero Jesús sí. Por consiguiente, Jesús no era Dios.





25.  La Biblia dice que Jesús llamó a Dios “mi Padre”:





“Padre, Padre, ¿por qué me has desamparado?” (Mateo. 27:46).





“… yo asciendo hasta mi Padre, mi Dios y vuestro Dios” (Juan 20:17). 





“… el templo de mi Dios… el nombre de mi Dios… la ciudad de mi Dios… sale abajo del cielo de mi Dios” (Revelaciones 3:12). 





Jesús no pensó en él como Dios; en cambio, el Dios de Jesús es el mismo que el nuestro.





26.  La Biblia dice que Dios no puede ser visto, pero Jesús era visible. 





La biblia reporta dos veces en que a Jesús lo llamaron Dios, pero él lo negó en ambas ocasiones. Según la biblia, algunos judíos dijeron que Jesús era Dios o igual a Dios, y Jesús los refutó ambas veces. Cuando dijeron que él era igual a Dios, dijo inmediatamente:





“El hijo no puede hacer nada por sí mismo, sino lo que el Padre haga” (Juan 5:19, 30); e inmediatamente después agrega: 





“Yo no puedo hacer nada según mi propio deseo”. 





En la respuesta a quienes dijeron que era Dios, Jesús fue tajante: “Las Escrituras no dicen que  Moisés era un dios, ni que los profetas sean dioses; yo no soy inferior a ellos, yo no me llamé Dios, soy sólo el “hijo” de Dios” (Juan 10:34-36). 





La afirmación de que él era Dios difícilmente pudo haber sido la respuesta real de Jesús. Hastings, en “El Diccionario de la Biblia”, dice: “Es muy dudoso que Jesús dejara alguna confusión”. La enciclopedia de Grolier, bajo el título “Jesús Cristo”, dice: “es dudoso que idiomáticamente se entendiera que las referencias a “padre” e “hijo” implicaran, de alguna manera, la divinidad de Jesús (Marcos 18:32; Mateo. 11:25-27)”. En la Universidad de Richmond, el Dr. Robert Alley, después de realizar una profunda investigación en los documentos más antiguos recientemente encontrados, concluye: 





“.... En los pasajes (Bíblicos) donde Jesús habla sobre el “Hijo de Dios”, existen agregados tardíos.... donde se suma lo que la iglesia dijo sobre él. Que Jesús exigiera ser reconocido como una deidad, no se condice con su forma de vida ni con nada de lo que sabemos sobre él. Durante las primeras tres décadas después de la partida de Jesús, la cristiandad continuó como una secta dentro de Judaísmo. Las primeras tres décadas de la existencia de la iglesia estaban dentro de la sinagoga. Eso habría estado fuera de la creencia si ellos (los seguidores de Jesús) hubieran proclamado la deidad de Jesús”.





Jesús dijo que él era “hijo” de Dios, ¿qué significa?  Es primordial en este punto observar el idioma de los judíos a quienes él estaba hablando. 





La mayoría de las personas piensa que ningún otro verso contradice o da el rango de “hijo divino” a otras personas en el Antiguo Testamento o en el Nuevo. Pero según la Biblia, Dios tenía varios “hijos”: Adán[1], Jacob es el hijo de Dios y primogénito[2], Salomón[3], Efraín[4]  es nombrado como “hijo” de Dios, todos son “hijos” de Dios[5]  y, sin embargo, es evidente que eran personas. Los cuatro Evangelios registran a Jesús diciendo: “Benditos los que promueven la paz; ellos se llamarán hijos de Dios”.





La palabra “hijo” no puede, obviamente, ser leída literalmente, porque en la Biblia Dios se dirige a muchos de sus siervos escogidos como “hijo” e “hijos”.





Los hebreos creían que Dios no tenía ni esposa ni hijos en sentido literal. Por consiguiente, es obvio que la expresión  “hijo de Dios” quiere decir  “Siervo de Dios”; alguien que, debido al servicio fiel, es íntimo y estimado por Dios, como un hijo lo es por su padre. Posteriormente, los cristianos de habla griega o latina emplearon mal este término. El “hijo de Dios” no significa una encarnación de un dios o alguien nacido de una unión física entre un varón y dioses mujeres, aunque estas ideas eran comunes entre los paganos de Grecia y el Imperio Romano. Esto puede verse en Hechos 14: 11-13, donde vemos que cuando Pablo y Bernabé predicaron en una ciudad de la actual Turquía, los paganos dijeron que ellos eran dioses encarnados. Confundieron a Bernabé con el dios romano Júpiter, y a Pablo con el dios Hermes.





Además, en el Nuevo Testamento, la palabra griega traducida como “hijo” es “pias”, y la palabra “paida”, muy similar,  significa “siervo”, o “hijo” en el sentido de sirviente. Esta similitud entre las palabras sin duda produjo muchos errores. Jesús simplemente estaba diciendo que él era un siervo de Dios.





Según la iglesia, Dios tenía que tomar la forma de un humano para entender la tentación y el sufrimiento del ser humano, pero el concepto no está basado en ninguna palabra clara de Jesús. En contraste, Dios no necesita ser tentado y sufrir para poder entender y perdonar los pecados del hombre, porque Él es el Creador Omnisapiente del hombre. Esto se expresa en el verso:





“Y el Señor dijo: “Yo he visto la aflicción de Mi pueblo que está en Egipto, y yo he oído su lamento debido a sus capataces; porque yo sé sus dolores” (Éxodo 3:7). 





Dios perdonaba los pecados antes de la llegada de Jesús, y Él continúa perdonando sin requerir ninguna ayuda. Cuando un creyente peca, puede presentarse ante Dios con un arrepentimiento sincero para recibir su perdón. De hecho, Dios acepta a quien se humilla ante Él, y ofrece su perdón así a toda la humanidad.





“Y no hay ningún Dios además de Mí; Soy un Dios justo y un Salvador; no hay ninguno a lado de Mí. Ríndanse a Mí todos los confines de la tierra; porque Yo soy Dios, y no hay ningún otro” (Isaías 45:21-22).





Bíblicamente, las personas pueden recibir perdón por sus pecados a través del arrepentimiento sincero buscado directamente en Dios. Esto es en todo momento y en todos los lugares. No ha existido nunca la necesidad de intercesores del modo en que pretenden los trinitarios, diciendo que Jesús se sacrifica logrando la expiación. Las escrituras hablan contra ellos. No hay verdad en la creencia cristiana de que Jesús murió por nuestros pecados y que la salvación sólo se alcanza a través de Jesús. ¿Qué hay sobre la salvación de las personas antes de Jesús? La muerte de Jesús no trae ninguna expiación del pecado, ni es de forma alguna el cumplimiento de una profecía bíblica.





Según los trinitarios, en el nacimiento de Jesús ocurrió el milagro de la encarnación de Dios en la forma de un ser humano. Pero decir que Dios se volvió de verdad un ser humano invita a realizar varias preguntas. Permitan preguntar lo siguiente sobre el hombre-Dios Jesús: ¿Qué pasó con su prepucio después de su circuncisión? (Lucas 2:21) ¿Ascendió al cielo, o se descompuso como con cualquier pedazo humano de carne? Durante su vida… ¿qué le sucedió a su pelo, sus uñas y la sangre de sus heridas? ¿Las células de su cuerpo murieron como las de los seres humanos ordinarios? Si su cuerpo no funcionaba de una manera humana, no podía ser verdaderamente humano, así como tampoco verdaderamente un dios. Además, si su cuerpo funcionara exactamente como el de un ser humano, esto anularía cualquier  posibilidad de que fuese una divinidad. Sería imposible para cualquier parte de Dios, aun cuando hubiese encarnado, descomponerse de forma alguna y todavía ser considerado Dios. Él es un Dios Eterno, en el todo o en la parte, no muere, no se desintegra ni se descompone: 





“Porque Yo el Señor, no cambio” (Malaquías 3:6).





¿Las carnes de Jesús moraron en la seguridad después de su muerte?  A menos que el cuerpo de Jesús nunca se degradara durante su vida, él no podría ser Dios; pero si no sufrió degradación, entonces no era verdaderamente humano.



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