DIOS AMA LA GUÍA¿POR QUÉ DESVÍA A ALGUNOS?

DIOS AMA LA GUÍA¿POR QUÉ DESVÍA A ALGUNOS?

A Dios no le agrada el desvío:

No Le agrada la incredulidad de Sus siervos… (Corán 39: 7).

En cambio, ha hecho amada la fe:

Dios les ha infundido el amor por la fe… (Corán 49: 7).

Sin embargo, elige desviar a quien quiere. ¿Por qué Dios, el Misericordioso, desvía a la gente si no le gusta la desviación? ¿Por qué los desviaría y luego les tomaría en cuenta sus hechos en el más allá? Dios le ha dado a los seres humanos muchas oportunidades para reconocer la guía. Aquí están algunas:

ADN ESPIRITUAL
El Corán documenta un encuentro entre el Creador y la raza humana. En este encuentro, los humanos dieron testimonio de su Creador:

Cuando tu Señor sacó de las espaldas de los hijos de Adán a su descendencia y los hizo dar testimonio [preguntándoles]: “¿Acaso no Soy Yo su Señor?” Respondieron: “Sí, atestiguamos que así es”. Esto es para que el Día de la Resurrección no digan: “No sabíamos nada de esto”. (Corán 7: 172)

Esta reunión monumental mostró el reconocimiento innato de nuestras almas del Creador, la “fitrah” o ADN espiritual. Si bien no tenemos ningún recuerdo de este encuentro, el ADN espiritual nos hace conscientes de la existencia de un ser omnipotente o un “poder superior”.

Dado que a los humanos se les ha concedido el libre albedrío, una persona puede optar por descuidar la “fitrah” o responder a ella. Una persona que elige descuidar la “fitrah” u ocultarla se llama kafir. La palabra kafir significa literalmente alguien que cubre algo. En el Corán, la palabra kuffar (plural de kafir) también se usa para los agricultores porque cubren las semillas con la tierra:

Es como la lluvia que genera plantas que alegran a los sembradores (kuffar) con su verdor, pero luego las ven amarillearse hasta convertirse en heno. (Corán 57:20)

INTELECTO
Dios creó a los humanos con facultades intelectuales para el pensamiento y la razón. El sentimiento de la existencia de un ser omnipotente impulsa a uno a pensar. ¿Fuimos creados por nada? ¿Quién creó los cielos y la Tierra? Estas preguntas basadas en el pensamiento lo llevan a uno a explorar el universo, a comprender el propósito de la existencia.

SEÑALES UNIVERSALES
Nuestro entorno está lleno de señales que nos llevan a confirmar intelectualmente, y no solo en base a un sentimiento de ADN espiritual, que existe un Creador eterno.

Todo efecto debe tener una causa. Los orígenes del universo, por lo tanto, deben tener una causa, y debe ser una causa eterna, de lo contrario, habría una regresión infinita. Además, nuestro universo tiene baja entropía, alto orden, leyes y constantes que indican que nuestro universo fue diseñado con conocimiento. No sería un acto de fe creer que el universo surgió por accidente.

REVELACIÓN
Es posible que algunas personas no estén convencidas de que las señales que las rodean indiquen que hay un Creador. Algunos pueden afirmar que no sienten ni reconocen ningún ADN espiritual.

Para resolver esto, Dios envió revelaciones directas presentándose a Sí Mismo y describiendo la guía para la humanidad. Cada revelación alentó su análisis y desafió la idea de que era artificial o falsa.

PROFETAS Y MENSAJEROS
Las comunidades que recibieron revelación tenían personas que afirmarían que no entendían el mensaje. Dios envió Profetas y Mensajeros para acompañar estas revelaciones para que las explicaran y aclararan cualquier ambigüedad.

Estos Profetas y Mensajeros también sirvieron como modelo práctico de cómo se implementaría la revelación.

Con todas estas oportunidades de orientación, ¿por qué Dios desviaría a alguien? Dios ha creado causas y sus efectos en esta vida para el mundo físico y espiritual. Ha hecho de la gravedad una fuerza que provoca atracción, no repulsión.

El mundo espiritual también viene con su conjunto de leyes. Una persona es desviada si continúa embarcándose en las causas del desvío.

¿CUÁLES SON ESAS CAUSAS?
Alejarse de las verdades evidentes debido a prejuicios, orgullo o cualquier otro factor lo convierte a uno en un candidato a la desviación. Los politeístas pidieron a Dios que hiciera del resultado de la Batalla de Badr un juicio sobre quién estaba en el lado correcto (la batalla fue contra el Profeta Muhammad y sus compañeros).

Después de perder la batalla, se reveló lo siguiente para los politeístas:

[¡Oh, incrédulos!] Ustedes pidieron que triunfara quien estuviera en la verdad, y esto fue lo que ocurrió. Sepan que si desisten [de combatir al Islam y a los creyentes] será mejor para ustedes; pero si vuelven a hacerlo volveré [a castigarlos] y de nada les servirán sus ejércitos, aunque fueran numerosos. Porque Dios está con los creyentes. (Corán 8:19)

Los politeístas, sin embargo, se negaron a aceptar su pérdida como una decisión sobre quién estaba del lado correcto. En cambio, alimentaron las llamas de la venganza que condujeron a la Batalla de Uhud. Después de estos versículos, el Corán declaró otros que obligaban a aceptar verdades sin prejuicios:

No sean como quienes dicen: “Oímos”, pero no prestan atención. (Corán 8:21)

El texto luego llama “sordos” a quienes fingen no oír y los describe como descuidados de la razón:

Las peores criaturas para Dios son los sordos [que no quieren oír la Verdad] y los mudos [que no quieren atestiguar la Verdad], los que no razonan. (Corán 8:22)

El siguiente versículo luego describe el efecto de descuidar la razón y la objetividad:

Si Dios supiera que en ellos hay algún bien los haría oír, pero aun si los hiciera oír le darían la espalda, desentendiéndose. (Corán 8:23)

La sumisión al prejuicio y la aversión a las verdades evidentes habían hecho que los politeístas ya no entendieran. Incluso si Dios les hiciera entender, no los beneficiaría porque se apartarían de las verdades.

…si los hiciera oír le darían la espalda, desentendiéndose (Corán 8:23)

Con respecto a la gente de Zamud, Dios dijo:

…pero prefirieron la ceguera a la guía (Corán 41:17)

La preferencia continua del prejuicio sobre las verdades objetivas había provocado que los corazones se sellaran, lo que inhabilitaba su capacidad para comprender o dejarse guiar.

Si Dios no desviara a esas personas, sería un acto de injusticia. Guiar a esas personas significaría que Dios los obligaba a creer cuando no quieren.

La acción compulsiva divina contradeciría la naturaleza de esta vida, que es una prueba para la humanidad que debe ser pasada con libre albedrío. El Corán cita repetidamente las confesiones de quienes están a punto de entrar en el Infierno. Cada confesión indica que la persona reconoció la verdad pero decidió apartarse de ella:

Cada vez que un grupo sea arrojado en él, sus guardianes les preguntarán: “¿Acaso no se les presentó un amonestador?” Dirán: “Sí, se nos presentó un amonestador, pero lo desmentimos diciendo: Dios no ha revelado nada y estás en un gran error”. Y agregarán: “Si hubiéramos oído o reflexionado, no estaríamos ahora con los condenados al Fuego”. Entonces reconocerán sus pecados, pero qué lejos están los condenados al fuego de la misericordia de Dios”. (Corán 67: 8-11)

Se trata específicamente de estas personas que intencionalmente continúan cubriendo la verdad y su “fitrah” después de reconocerlas, dice el Corán sobre ellas:

A los que niegan la verdad les da lo mismo que les adviertas o no, no creerán. (Corán 2: 6)

Dios prefiere que la humanidad sea guiada. Ha puesto muchas oportunidades para que los humanos reciban y reconozcan la orientación.

La acción de la humanidad hacia la orientación tiene consecuencias. Si una persona se acerca la distancia de una mano para ser guiada, Dios se acerca a ella a la distancia de un brazo. Si una persona continúa cubriendo y negando verdades evidentes a sabiendas, Dios sella sus corazones, lo que hace que se desvíen.

¿Acaso hay alguien más injusto que quien habiéndosele expuesto los signos de su Señor, los niega y se olvida de lo que han hecho sus manos? He cubierto sus corazones y ensordecido sus oídos para que no lo entiendan [al Corán]. Aunque los invites a seguir la guía, si siguen así, no se encaminarán jamás. (Corán 18:57)

 

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